miércoles. 24.04.2024
CON LA VIDA POR DELANTE

Tu nombre...

Prendes la llama como quimera enloquecida. Desde un mundo extraño, desconocido. La eterna pregunta roza los labios con insistente provocación. Tu nombre…

Pájaro-abrazando-mujer (Copiar)
Imagen de Nicoletta Ceccoli

Qué confusa sensación; creer ver, tocar, sentir. Mentira reiterada que se viste de verdad. Caminante de los sueños. En aquel vacío inerte te ocultabas entre miles y supe reconocerte. Aún sin ver tus ojos, tu rostro, tus manos, aun sin saber cómo llamarte. Confié, el tiempo no sería tan infame. Me reté a mí misma. Volvería. Regresaría al lugar donde sentí por primera vez y no cabría duda.

El camino desdibujado me lleva y me trae. Creí verte tantas veces que extendí las alas quemando las delicadas plumas con el sol.   Te tomé como bandera, estandarte de una sagrada misión. No descansaría jamás.

En aguas profundas permanezco inmóvil al caer el telón. Abriendo los ojos cada noche. Maravillosa sensación de ingravidez que me desvanece. En medio de la nada. Sin techo que me limite ni suelo en el que aterrizar. Te sueño como aquel día, escondido en la multitud.

Llueven las balas que desangran el alma. Te llamo en la oscuridad sin saber tu nombre. Ilusa me comunico en un idioma que tal vez nunca entiendas. Jamás quise cadenas que me ataran a la tierra. Volé sola hasta que posé mis pies en un mundo del que no logro escapar. Cansada, siento las rodillas desfallecer. Fuego intenso prende lo que queda de mí. Cenizas se deslizan en el viento caprichoso.

Resuena en mi cabeza el sonido de las palabras guardadas. Ensayadas, meditadas, algo inaudito para un ave de altos vuelos. Vestida de incógnito, con mortal apariencia, oculto quien soy a duras penas. Destellos revelan mí verdadero ser. Tu mundo se me hace extraño. Es difícil sobrevivir sin respirar. Fingir nunca fue lo mío. Maldito verbo que se desliza desde mi garganta prolongando la agonía.

Sentí la ira escocer en la mirada. Observando con desdén el podrido lecho en el que dormía. Quise cambiar lo que veía con solo tocarlo sin pensar que solo yo remaba en contrasentido. Abandoné mi armadura, alojé en mi pecho al dolor, inventé una manera de llegar a ti.

Los recuerdos me devuelven parte de lo que fui. Renegué del amor. Juré ser libre. Prometí vivir en el aire. Mi destino estaba por encima de maldiciones mundanas, hasta que necesité sentir tu nombre enredándose en mis labios. 

Tu nombre...