viernes. 29.03.2024

“Es una ley de la compensación justa, equitativa y saluda­ble, que así como hay contagio en la enfermedad y las pe­nas, nada en el mundo resulta más contagioso que la risa y el buen humor.”  Charles Dickens, “Cuento de Navidad”.

Como es habitual en estas fechas, parece oportuno hacer un resumen del año. Nos lo van a ofrecer, de todas maneras,  por tierra, mar y aire, de manera que resulta obligado sumarnos con nuestra propia voz al coro de los “todólogos”, analistas, voceros, falsimedias de think tanks y otros medios donde se cuece lo que optimistamente llamamos opinión pública…que mejor sería llamar opinión publicada.

Lo primero que nos viene a la pluma es la acumulación de pobrezas que estamos viviendo. (Pobreza económica, pobreza energética, pobreza cultural…pobreza política). Tenemos la impresión de que nos faltan muchas cosas: Por el lado estrictamente económico y según los datos que nos ofrece el indicador AROPE, casi 13 millones de personas en nuestro país se encuentran en riesgo de pobreza o de exclusión social. 

Los titulares de los periódicos resultan explosivos: “Los nuevos pobres en España trabajan, hacen cola en el súper y viven con menos de 684€ al mes”, “Uno de cada cinco españoles está en riesgo de pobreza pese a la recuperación económica”.

Y las cabezas se ponen a tono con los bolsillos. Los aspectos básicos de lo que se considera “cultura de la pobreza” son: la desconfianza hacia el gobierno, el cinismo frente a la iglesia y partidos políticos, una fuerte orientación hacia vivir el presente y una escasa o nula planificación del futuro.

A esto se añaden unas cuantas intoxicaciones que conforman nuestra opinión sobre el mundo que nos rodea:

Socialmente, atribuir la pobreza a valores de los que cabe responsabilizar a los mismos pobres es una manera de tranquilizar la conciencia.

La tendencia a culpar a los mismos pobres de su situación no es una idea privativa de los miembros de las clases medias y altas. Los mismos pobres son a menudo defensores del punto de vista de que si una persona realmente quiere trabajar, siempre encontrará algún empleo. Lo que no se garantiza es el salario, claro.

Esta forma de entender el mundo, demuestra escasa comprensión de determinadas condiciones político-económicas, por ejemplo, el neoliberalismo, que hacen que la pobreza sea inevitable para algunos. Lo que hay que ver como un sistema, se aprecia como fallos, motivos y opciones personales.

Vivimos una época más que enrarecida, acaso porque la “clase política” está en horas bajas y apenas es valorada positivamente por la ciudadanía. Motivos hay para ello, aunque la evidente corrupción política de algunos no genera por el momento un reflejo político y electoral decisivamente contrario. Sin embargo, el tejido social goza de mejor salud, merced a la existencia de las asociaciones de barrios, algunas ONGs., las asociaciones de padres, culturales, sociales, las fundaciones... dirigidas por gentes cuyo tesón, inteligencia y generosidad no son suficientemente valorados. Lo que falta por conseguir es la confluencia de voluntades y estrategias con  capacidad de transformación de lo que no funciona o de lo que funciona contra los intereses de una mayoría social.

En esa pelea estamos. En el Ayuntamiento y fuera de él. Nos satisface conseguir que se establezca la tasa a las empresas de telefonía móvil por la utilización privativa y aprovechamiento especiales constituidos en el suelo, subsuelo y vuelo de la vía pública, nos satisface que en la Denominación de Origen Valdepeñas se vuelva a relanzar “un proyecto que beneficia a todos”, nos satisface el tema de los parques infantiles inclusivos para niños/as con discapacidad. Nos alegra enormemente que el peligro de una minería extractiva de Tierras Raras haya desaparecido de nuestra comarca, nos alegra haber recuperado a los profesionales que nos atienden en las urgencias matinales… y no nos gusta que la Inspección de Trabajo se ponga de perfil ante la ausencia de finiquitos en los planes de empleo.

Tampoco nos gusta que el Sr. Alcalde presuma de gestor de deudas y dedique menos esfuerzos a evitarlas…, olvidándose de quienes verdaderamente las pagamos. Nos gustaría, al contrario, formar parte de esa lista de 25 ayuntamientos que alcanzan la excelencia en Inversión Social. Mientras tanto, preferimos hablar de los esfuerzos por llevar a nuestra sociedad la conciencia sobre los males que nos aquejan (entre los que hay que subrayar la violencia machista contra las mujeres) y las desigualdades e injusticias que provoca este sistema económico y su trasunto político en forma de Gobierno Nacional del Partido Popular.

Queremos creer y crecer en un IU-Ganemos Valdepeñas activo, comunicado directamente con la sociedad, consolidando nuestra vocación de confluencia de organizaciones y personas, para desarrollar una acción política transformadora de carácter municipalista en lo institucional y en lo social. A ver si descubrimos nuevas vías para llegar al municipalismo con el que estamos comprometidos: el que prefiere salvar a las gentes antes que satisfacer a los bancos.

Felices Fiestas y feliz, organizado y luchador 2018

Juana Caro

Inmaculada Mora

Gregorio Sánchez

Grupo Municipal de IU-Ganemos Valdepeñas

2017: Cuando nos enseñan a ser pobres