“¿Qué hay en un nombre?” (Shakespeare)
Enmarcado en el Plan Dignifica lanzado por la Consejería de Sanidad del Gobierno de CCMM, la campaña “yo me llamo“viene a poner un punto más a la humanización en el ámbito Hospitalario.
El Hospital de Valdepeñas se unió a dicha iniciativa el pasado Octubre, con el reparto de unas encuestas que perseguían conocer en qué punto nos hallamos con respecto a esta iniciativa.
Dichas encuestas resultaron muy favorables para nuestro personal con respecto a su modo de presentación con los pacientes.
Una medida tan sencilla como la presentación del profesional con su nombre y categoría, puede suponer un desahogo en la difícil situación en la que los pacientes se encuentran inmersos y en la que, no está de más no olvidar, todos nos encontraremos en algún momento de nuestra vida.
Saber cómo se llama el profesional de enfermería que va atendernos, el profesional auxiliar que nos ayudara en nuestra higiene o el celador que nos acompañara a una prueba puede hacer descender el estado de estrés y angustia al que el paciente se halla sometido disminuyendo en un porcentaje nada desdeñable.
Establecer relaciones donde el reconocimiento como individuo sea respetado y valorado pone en alza el valor del noble ejercicio de cuidar.
El objetivo de esta campaña es por tanto, conseguir una conexión humana entre paciente y personal sanitario y no sanitario que interviene en el proceso del individuo necesitado de esta atención , incluyendo también a los familiares del mismo, pues no debe olvidarse que para una atención de calidad no ha dejarse de lado el enfoque biopsicosocial del paciente.
Generar confianza, bienestar y apoyo en situaciones difíciles requieren que estos detalles estén siempre presentes y que bien merezcan una campaña para recordarnos la sublime importancia de lo sencillo.
“Nomen est omen” (“El nombre es lo primero”)
“El nombre es un signo, un presagio, un anuncio, un símbolo, una profecía,...El nombre ya lo dice todo....Lo que no tiene nombre no existe. El nombre es la clave.” (Plauto 184 a.C)
Por tanto, los profesionales han de existir para los pacientes, y los pacientes para los profesionales.
Todos tenemos un nombre y al pronunciarlo siempre comienza una historia, una historia humana.
