En estas fechas tan cambiantes, donde incluso en el mismo día puede lucir el sol, como “caer una nube de tormenta”, los altibajos emocionales, son igualmente frecuentes, así como las peticiones de terapia de pacientes que aparecen y desaparecen “como el Guadiana” por el Centro en las mismas fechas y ¿por qué?
Que la llegada de la primavera se relacione con cambios en el estado de ánimo, no es un mito, la respuesta está, además de en la temperatura cambiante, en las horas de sol, que provoca cambios en nuestro reloj biológico y hace que nuestro cuerpo fabriquen mayor cantidad de una sustancia, que mantiene en equilibrio el estado de ánimo.
Con la llegada de la primavera, se libera Serotonina, sustancia química presente en las neuronas, que funciona como neurotransmisor. Ésta hace que aumente nuestro estado de ánimo y contribuye a nuestro bienestar. Existen medicamentos que se recetan con frecuencia, relacionados con la acción de esta sustancia para ayudar a superar la depresión.
Aunque no influye por igual en todas las personas, pues otra consecuencia de estos cambios es la astenia primaveral, en la que las personas se sienten cansadas y con menos energía. Los pacientes no encuentran la causa de ese “bajón emocional” y lo definen como una situación de decaimiento general, a la que se suman pensamientos negativos. La población que más la acusa son las mujeres de mediana edad, pero también aumentan las consultas de jóvenes estudiantes, a los que a la apatía y falta de motivación por los estudios, se le suma este agotamiento, no siendo las mejores fechas, por la cercanía de los exámenes finales. La buena noticia es que son emociones pasajeras y en cuestión de días desaparecen. Aunque en estas ocasiones, viene bien ayudarse de técnicas de autoconocimiento y gestión emocional.
