miércoles. 24.04.2024

Ahora iniciativas

El 39º Congreso del PSOE ha terminado. ¿Unidad e integración? Se verá. Es pronto. Veremos si en los próximos días alguien tiene la tentación de comportarse como mosca cojonera. Esperemos que no. Es lógico que alguno tengamos miedo después del aciago primero de octubre, y todo el antes y después. Si le damos un repaso a la prensa, algunos, con argumentos más interesados que objetivos, vislumbran falta de integración. Es un argumento muy discutible. Quizá en aras de la integración se corra el riesgo de romper la unidad, o lo que sería peor: falta de confianza y eficacia en la gestión. Me he tomado la molestia de repasar los órganos de gobierno de las anteriores ejecutivas y en ese sentido se llevan muy poco con la de ahora.

En todo caso es una cuestión más anecdótica que esencial. Lo importante en este momento, y después de lo pasado, pasado, es que todos se pongan a trabajar con el objetivo de dotar al partido de mimbres con la solidez suficiente para irradiar hacia dentro y hacia fuera la imagen de un partido fiel a la ideología y a las actitudes que deben caracterizar a la socialdemocracia.

Iniciativas de partido, iniciativas parlamentarias, iniciativas dentro y fuera. Iniciativas desde la oposición para que más pronto que tarde se transformen en iniciativas de gobierno. Iniciativas que hagan ver a la sociedad, a todos, a los que les guste y a los que no les guste, que un partido de siempre se sabe adaptar a las necesidades de hoy. Una sociedad que diga: “Coño, esto es lo que estábamos esperando, esto es lo que se necesita, esta es la respuesta a tanta ignominia.

El PSOE no tiene que mirar, ni a la derecha, ni a la izquierda, ni al centro. Eso son, en el mejor de los casos, tacticismos cortoplacistas. El PSOE tiene que detectar los problemas que acucian a la sociedad, y mirar a su catecismo; su catecismo que es la socialdemocracia. Y en él encontrará la fórmula para resolver esos problemas y los que se vayan presentando. Con las fórmulas de ese catecismo, algunos, después de la segunda guerra mundial, forjaron países a la cabeza del desarrollo y el bienestar. España, después de la transición, cuando siguió a pie juntillas las normas del catecismo de la socialdemocracia, se homologó a los más avanzados de Europa.

Ahora iniciativas