viernes. 29.03.2024

Desparpajo o descaro

Nunca he dudado tanto a la hora de titular una columna. Podría ser desparpajo o descaro. Pero también podría ser: atrevimiento, desvergüenza, insolencia, osadía.. y no sé cuantas más. He dudado en poner de título: “Facundia”; pero resulta que es una palabra que puede referirse a facilidad de palabra en un buen uso, o en un mal uso. Aquí tendría que especificar que es facundia, haciendo muy mal uso de ella. Dejémoslo en desparpajo o descaro. Desparpajo porque se habla con una soltura insolente, sin mover un pelo, y descaro porque hace falta echarle cara.

Ver en rueda de prensa a Fernando Martínez Maillo decir que una Comisión de Investigación en el Congreso de los Diputados es ilegal, que solo se pretende hacer una causa general contra el Partido Popular, o que es volver a los tiempos de la Inquisición; o ver al portavoz Rafael Hernando Fraile diciendo que es una operación de linchamiento contra el PP,.. es una prueba evidente de que acorralados por la corrupción, están perdiendo los papeles. La amenaza de llevar la Comisión a los tribunales es un claro síntoma de impotencia, de entorpecer, y alargar el proceso.

Se admite, -aunque yo nunca lo admití-, que en política es frecuente esta posición de negar lo evidente, y de retorcer el argumento como defensa propia; es como una salida de emergencia ante un fuego o una catástrofe aniquiladora. La corrupción del PP los está aniquilando, y no se dan cuenta, o miran para otro lado. Pero son cuestiones que si aún, se pueden justificar en dosis asimilables, cuando afectan a los cimientos de la organización pueden ser destructoras; y la solución no es negarlo, ni poner el punto de mira en las casas del vecindario.

La corrupción que viene invadiendo al PP desde hace más de veinte años de forma sistémica, es muy grave, pero lo es mucho más, la actitud con la que la están afrontando. ¿Equivocaciones? La obstrucción de la Justicia, la injerencia en la Fiscalía, sembrar dudas sobre la Guardia Civil, poner el ventilador para que salpique a los cuatro vientos, discursos como el de Ángel Garrido en la asamblea de Madrid, aplaudir esos discursos. Se equivocan. Lo terminarán pagando porque no están poniendo remedio; están agravando la enfermedad, que ya es de por sí lo bastante grave. Veremos.

Desparpajo o descaro