miércoles. 24.04.2024

Décimo primer concurso de fotografía de Afammer

AFAMMER Valdepeñas acaba de clausurar su Décimo Primer Concurso de Fotografía Antigua, y he estado allí, como otras veces, junto a mis queridas compañeras del Grupo Popular, Mª Ángeles y Julia, así como con las estimadas concejalas socialistas Vanessa Irla y Paqui Madrid, apoyando este acto, social, cultural y, sobre todo, genuinamente popular y lleno de valores humanos expresados con la naturaleza del bien, que es siempre elegante por transparentemente sencilla y menospreciadora de la insipiencia de oropel. 

AFAMMER Valdepeñas acaba de clausurar su Décimo Primer Concurso de Fotografía Antigua, y he estado allí, como otras veces, junto a mis queridas compañeras del Grupo Popular, Mª Ángeles y Julia, así como con las estimadas concejalas socialistas Vanessa Irla y Paqui Madrid, apoyando este acto, social, cultural y, sobre todo, genuinamente popular y lleno de valores humanos expresados con la naturaleza del bien, que es siempre elegante por transparentemente sencilla y menospreciadora de la insipiencia de oropel. 

Pocas cosas son tan espejo de una época y de su particular mundivisión de un momento histórico como son las viejas fotografías, acrisoladas de amarillo por el tiempo, verdaderos tesoros de períodos perdidos. Si en algunas de ellas podemos admirar su belleza y oficio – ay, de aquellos fotógrafos de actos sociales hoy prácticamente desaparecidos -, en todas hay todo un testamento histórico que se nos revela aquí y adquiere un nuevo significado en el presente. Estas fotografías nos enseñan que todos los seres humanos han tenido una vida con efectos en la historia con mayúscula. La historiografía clásica nos señala con antipática impertinencia que “no merece la pena narrar todo lo que ha ocurrido entre personas humildes. La historia no debe narrar minucias insignificantes” (Amiano Marcelino, Res Gestae, 28,1,15). La historia como múltiples biografías de los poderosos, actores del poder político. Pero la Democracia nos ha hecho a todos actores del destino común, y estas fotografías revelan esa verdad. Así, la fotografía ganadora, de la que es propietaria Dña. Carmen Martínez Pacheco, constituye no sólo un tratado social de una época, sino la corriente ideológica que sostenía aquella sociedad que nos revela, y en la que Dña. Carmen nos habla desde una juventud de delicada belleza, en la que la mujer era la encargada de las tareas más humildes. Jesús repite una y otra vez en los Evangelios que Dios siempre revela su sabiduría en los “parvuli”, en los “novissimi servi”, en los pequeñitos y en los últimos servidores. Son ellos quienes siempre han sostenido la Historia y la han dotado de humanidad.

Aquella muchachita que friega el suelo arrodillada, dotada de delicados ángulos clásicos, de proporciones policleteas, es hoy una joven señora mayor que por revelarnos el misterio indeleble de la historia que ella vivió recibe como premio un magnífico cuadro del artista José María del Fresno Ortega, tabla con relieve de pasta sobre la que pinta la entrañable Bodega del Trascacho, emblemático espacio de la cultura valdepeñera. Los demás ganadores de fotografía, que con sus fotos configurarán el calendario de AFAMMER 2017, recibieron como premio primorosos grabados realizados en el tórculo del Ayuntamiento por María-José Barrios, en cuyas manos y muñecas encontramos los rastros de ácido con que la Magia del arte del grabado estigmatiza a sus hijos verdaderos. Y María-José Barrios es toda una grabadora de primera.

Tampoco Afammer se olvidó de los niños creadores, cuyas mejores creaciones de dibujo y redacción fueron recompensadas con bellos libros infantiles. Los concejales presentes en el acto fuimos obsequiados con alegres broches rosas en donde resplandece una Menina – uno solicitó, pese a su condición de hombre, uno de ellos – que fueron también exquisitamente elaborados por la citada artista María-José Barrios. Me empeñé en tener uno porque estas Meninas son velazqueñas y no tienen el “odor” de las imitaciones de Manuel Valdés. Gracias, Ramona, una vez más tan generosa.

El acto, al que ayudó a presidirlo Dña. Vanessa Irla, que pilota la concejalía de Servicios Sociales, estuvo dirigido por nuestra indesmayable amiga Ramona Martín, valdepeñera insigne y de variegadas facetas, todas ellas interesantes. Ella misma, en los Calendarios de Afammer, nos brinda pequeños poemas que acompasan los tiempos o épocas del año, como los tanka o haiku japoneses.

Como liberal sale uno feliz de actos como éste, en que se evidencia que la sociedad civil vive, no está aún asfixiada por la sociedad política, e inventa y crea nuevas realidades del alma y del corazón. Que no invada nunca la política estos espacios propios de sociedad civil, en donde uno puede esconderse de todas las manos aleves del mundo político.

En el acto estuvo continuamente flotando el alma del gran cantaor Tomás de Antequera con sus zambras de pena y de soledad.

Enhorabuena, Ramona, por vuestra semana de fotografía antigua.

Décimo primer concurso de fotografía de Afammer