viernes. 29.03.2024

En este artículo descubriremos episodios de la Humanidad a través de los siglos. Comenzaremos en la sabana Africana situada en lo que hoy en día conocemos como desierto Líbico en el Sáhara.

Dentro de una cueva en las montañas próximas al Wadi Hamra (actual Egipto)  un hombre del paleolítico, experto en la construcción de cuchillos, perfecciona su fabricación estilizando los utensilios de corte. Con una piedra de obsidiana construye un cuchillo que le colmará de admiración entre sus vecinos.

Cueva Siega Verde

Han pasado 40000 años y los seres humanos se han convertido en semi sedentarios. Estamos en el neolítico y la comunidad que huye de las crecidas del Nilo se refugian temporalmente en las montañas del Wadi Hamra. Han cambiado sus hábitos. Ya no son cazadores-recolectores. Ahora practican la agricultura y el pastoreo. Han domesticado varias especies entre ellas las ovejas. Un niño pastor decide explorar las cuevas donde sus abuelos habían encontrado huesos a los que atribuían poderes mágicos. En la cueva más alejada del oasis Hamra, el pastor encuentra una serie de esqueletos posicionados de una forma ritual, formando un círculo alrededor de un cuchillo.

El niño pastor avisa del hallazgo al resto de su comunidad. El chaman de la tribu atribuye poderes mágicos a todo lo que se está representando en esa cueva. Y claro está, el cuchillo es el centro de poder ya que la posición de los esqueletos  representa una veneración hacia  aquel objeto. Realmente se trataba del experto en elaboración de cuchillos donde su bien más preciado, su gran invento, merecía formar parte del ajuar funerario. El resto era la familia del difunto que fueron depositados junto él.

Después de varios años aquel niño pastor  se había convertido en un anciano. Él era el garante protector de aquel cuchillo mágico. Pero la vida en la reciente inaugurada capital de las dos Tierras, Menfis, no era apropiada para un osaita del desierto. Se vio obligado a mendigar y a vender lo poco que le quedaba en el mercado de Men-Nefer (Menfis). También el cuchillo.

 Un caluroso día de julio, antes del año nuevo, Nofret, la esposa del médico Rahotep, compró un cuchillo de piedra  negra  que, según el mercader que se lo había vendido, aseguraba que tenía poderes mágicos.

El médico Rahotep estaba perfeccionando las novedosas técnicas de momificación observando como la naturaleza conservaba los cadáveres de forma natural. Tras varios intentos pudo concluir que para perfeccionar la momificación tenía que extraer los órganos internos para evitar la descomposición cadavérica.

Pensó que aquel cuchillo, que su mujer le aseguró que tenía poderes sobrenaturales, podría formar parte del ritual de momificación llevado a cabo por los sacerdotes embalsamadores. De esta forma vendió de nuevo el cuchillo a un maestro de las artes de la momificación. Este sacerdote con máscara de Anubis, Neferkare, dejó en herencia a su hijo las artes y aquel valioso cuchillo. Y así las sucesivas generaciones hasta la llegada de los cristianos coptos, 3000 años después.

Artemidoro era un sacerdote de Isis en el templo de Philae que asistía en las momificaciones practicando la incisión con cuchillo ritual para extraer los órganos y depositarlos en los vasos de canope. Una tarde se escuchó un gran tumulto en las afueras del templo. Se trataba de las huestes de monjes coptos que tenían como objetivo acabar con la tradición pagana de los antiguos egipcios. Artemidoro no pudo contener a aquellos enfurecidos monjes y con su propio cuchillo, un servidor de la causa, Girgios, le asestó una puñalada en el corazón.

En ese momento aquella herramienta mágica pasó a convertirse en un arma maléfica. Para mayor sorpresa de Girgios, el mango del cuchillo de cuerno de toro, que a lo largo de los siglos fue modificado varias veces, comenzó a calentarse hasta tal punto que le propinó graves quemaduras en la mano.

Girgios, pese a que se había convertido al cristianismo copto, pertenecía a una comunidad judía de  Alejandría. Al cabo de cinco años, tras el macabro suceso de Philae, decidió hacer una visita a su familia que aún vivían en la ciudad del Delta. Su tío, Moses-Josue, se estaba preparando para un largo viaje a Israel y Girgios le habló sobre su arrepentimiento por haber cometido aquel asesinato, y que la desgracia había caído sobre él desde aquel momento. Debido a las graves quemaduras le tuvieron que amputar la mano. Las pesadillas le acompañaban cada noche y comenzaba a tener visiones espantosas. Todo procedía de aquel cuchillo pero una fuerza misteriosa le impedía deshacerse de él. Entonces Moses le dijo que iba a visitar la tumba del Patriarca Abraham en Hebrón, que depositaría allí aquel maléfico cuchillo y que gracias a la acción de Yaveh, aquel artefacto pasaría de nuevo a convertirse en un objeto inofensivo.”

Pese a su relativa proximidad, unos cinco días en barco, el viaje fue muy accidentado. Al final pudieron llegar a Hebron y depositaron aquel objeto en uno de los nichos situados en la parte superior de la tumba del Patriarca. En el viaje de vuelta Girgios murió por causas extrañas y la última palabra que expresó fue “Artemidoro”

Dos siglos más tarde las tropas musulmanas conquistaron la Ciudad Santa de Jerusalén y los Sitios Sagrados

Hemos llegado a la Edad Media y el monje templario Ferrand de Cluny, tras una larga contienda en la ciudad recuperada de Hebrón, entró en el lugar sagrado de la tumba de Abraham.

TEMPLARIOS

No encontró nada de valor aunque esta no era su intención. En la parte superior de la tumba pudo observar un objeto entre algunos huesos de los antiguos que visitaban aquella tumba para ser enterrados junto al personaje bíblico.

Todo lo que había en aquella tumba debería contener poderes divinos. Así que a decidió llevárselo a su París natal y allí dedicarle la construcción de  una iglesia como reliquia de la Tierra Santa.

Dos siglos más tarde, después de la reforma renacentista de la Iglesia, en una nueva cripta situada bajo el altar principal se ubicó la reliquia. Tras un incendio del siglo XVI, se reconstruye de nuevo la iglesia y en este caso se protegerá el cuchillo mágico en una urna de estilo barroco

Al cabo de varios siglos un joven de nombre Auguste Mariette visitó la iglesia de Notre Dame de Cluny que, ubicado en aquella urna, se encontraba el cuchillo de obsidiana negra. Le llamó la atención por su gran parecido con otros objetos similares encontrados en los yacimientos arqueológicos en Egipto.

Pasaron 64 años de la muerte del célebre egiptólogo Mariette. Las tropas del III REich invadieron la ciudad de París. La obsesión de Heinrich Himmler, Reichsführer de la SS, por los objetos con una carga mística ancestral despertó un interés especial por aquel objeto, que según la tradición oral, contenía poderes similares a la ansiada Arca de la Alianza.

Fue trasladado con todos los honores al Ägyptisches Museum Berlin ya que consideraba que debería estar expuesto junto a la gran Dama Nefertiti.

Tras el bombardeo de la capital alemana llevados a cabo por  las tropas aliadas, un soldado del Ejército Rojo encontró aquel objeto entre los escombros. Pensó que no tenía gran valor y que no le iban a acusar de expolio.

Cuando finalizó la II Guerra Mundial, Mihail Titov ingresó en las fuerzas aéreas de la URSS. Ascendió  a comandante instructor y 5 años antes de la Guerra de los 6 días estaba entrenando al futuro piloto egipcio Abdel Hakim Amer pilotando un Micoyan Gurevich E-8. Mihail estableció una gran amistad con Abdel. Le comentó que aquella iba a ser su última incursión como instructor y que le iba a hacer un regalo. 

E8

Al joven piloto le pareció extraño aquel objeto pero lo recibió con gran alegría porque sabía que significaba mucho para su  instructor.

Comenzó la Guerra de Seis días entre la coalición Árabe contra Israel. Un caza-bombardeo israelí se adentró en territorio egipcio y dos cazas egipcios  le persiguieron por el desierto para abatirlo. Se trataba de una emboscada y un ataque de cola derribó el caza que pilotaba Abdel.

Pudo salvar la vida gracias al asiento eyectable que disponía el avión que pilotaba.

Una vez en tierra se encontraba en un lugar inhóspito rodeado de arena del desierto. En el horizonte pudo contemplar unas montañas. Estuvo andando durante largas horas hasta que puedo cobijarse en una cueva olvidada hacía miles de años. Dentro del abrigo de la cueva se quedó dormido y  Abdel tuvo un sueño en el que un personaje con extrañas vestiduras le decía que si dejaba allí aquel cuchillo tendría mucha suerte en su larga vida. Medio moribundo por la exposición a las inclemencias del desierto, depositó el cuchillo de obsidiana entre unos antiguos huesos que parecían humanos.

Al día siguiente un equipo de rescate localizó el caza, el asiento eyectable y por último a Abdel.

 Años más tarde, Abdel se convirtió en un próspero médico del Cairo y tuvo una vida muy acomodada. Nunca desveló su historia ni el lugar donde dejó el cuchillo.

En enero del 2004 unos arqueólogos del British Museum descubrieron el yacimiento de Wadi Hamra donde pudieron datar el descubrimiento en el Paleolítico Inferior pero que junto al resto de los hallazgos arqueológicos se encontraba un objeto que parecía atemporal, como si hubiese pertenecido a diferentes periodos de la historia de la humanidad.

Esta es la historia resumida de la Humanidad donde un cuchillo de obsidiana negra nos acompañó.

El cuchillo mágico. Historia de la Humanidad