martes. 16.04.2024

En primer lugar hay que dejar claro que antes de enviar a seres humanos a Marte deberíamos programar una serie de misiones robotizadas para que nos vayan preparando el terreno. De hecho ya lo estamos haciendo: Pathfinder, Oportunity, Curiosity y en breve Mars One, entre otros. No dejan de ser robots que han o están estudiando la superficie.

viaje a marte 3 mission

Una vez que nuestros amigos nos envíen la suficiente información y hayan construido las primeras bases marcianas, entonces podremos enviar a seres humanos, plantas, incluso a animales.

Pero claro está, aterrizar en Marte no es fácil. Para ello deberíamos disponer de un orbitador y un aterrizador. A diferencia de la Luna, Marte dispone de una gravedad algo más baja que en la Tierra, pero el problema de Marte es que la atmósfera es muy tenue debido al débil campo magnético del planeta y no permite un frenado por fricción como sucede en la Tierra. Se podría emplear retrocohetes pero se consumiría mucho combustible. Otra solución son los balones de amortiguación, pero los astronautas estarían expuestos a grandes sacudidas, corriendo en peligro sus vidas. Sin duda una de las mejores formas de aterrizaje es un aterrizador con un brazo robótico que deposite suavemente la nave tripulada como sucedió con el Curiosity, pero todo esto está en fase de estudio.

campo magnetico

Ya hemos aterrizado, o por lo menos lo hemos intentado. Ahora tenemos que conseguir agua para poder subsistir durante mucho tiempo. En Marte no sería un gran problema si no fuera porque el agua marciana está congelada en los polos. Se está estudiando la posibilidad de construir canales desde los polos hasta las zonas más próximas al ecuador marciano para abastecer de agua las futuras bases. Evidentemente habría que derretir parte del agua. Esto sería una tarea difícil pero no imposible mediante acción calorífica provocada por enormes paneles solares orbitando el planeta.

Antes hemos hablado de la imposibilidad de poder retener una atmósfera debido al débil campo magnético. Pues aunque parezca Ciencia Ficción, se están diseñando modelos para generar un campo magnético artificial y, quien sabe, en el futuro crear una atmósfera sostenible para la vida. Aunque, bajo mi más modesta opinión, éticamente no sería muy acertado manipular un planeta entero para solventar unas necesidades humanas.

Pero más que atmósferas artificiales, el principal objetivo de este campo sería un escudo magnético para evitar que las partículas espaciales nocivas para la vida lleguen en su mayor parte a la superficie, igual que sucede con nuestro cinturón de Van Hallen.

Todo lo anteriormente comentado son problemas que en el futuro se irán solucionando. Pero quizás el más molesto y que casi nadie nunca habla es del polvo marciano. Se mete en todos los lugares por muy pequeños que sean. Tienen la volatilidad del humo. Imaginaros cada vez que se abra la escotilla de la nave o la base. Se tendrían que construir grandes captadores o aspiradores para evitar que se introduzca este polvo en los circuitos eléctricos, en los filtros de respiración, etc. Y pese a que la ingeniería de los trajes espaciales está muy avanzada, por cualquier pequeño poro en la escafandra o traje se iría introduciendo pequeñas partículas que serían respiradas por los astronautas provocando serios problemas respiratorios.

¿Todavía pensáis que en el 2030 llegaremos a Marte? Yo no lo negaría, pero pienso que si lo logramos sería algo parecido como cuando fuimos a la Luna, estar un par de horitas cogiendo muestras y para casa y realizar un viaje de más de un año entre la ida y la vuelta para colocar la bandera y poco más lo veo descabellado. Lo mejor es ir poco a poco, que los robots nos preparen el terreno y más adelante ya veremos.

Viajar a Marte. La estancia (2ª parte)