viernes. 19.04.2024

Hubo un tiempo no muy lejano en que los vinos de Valdepeñas y las tinajas de Villarrobledo eran una ecuación perfecta, porque todos los buenos caldos valdepeñeros habían reposado en las entrañas de estos enormes recipientes de barro cocido.

Valdepeñas, pese a tener una tradición alfarera que se pierde en la lejanía de los tiempos, cuando los íberos del Cerro de las Cabezas hicieron de la cerámica uno de sus principales signos de identidad, ha carecido de alfares de tinajas de gran volumen, sobre todo, porque la calidad de las tinajas de otras zonas como Villarrobledo ha sido fundamental para propiciar que, durante muchas décadas, desde el siglo XIX y buena parte del XX, el trasiego de estos enormes recipientes cerámicos fuese continuo y, en la medida en que aumentó la producción de vino de Valdepeñas por una mayor demanda, aumentaron también sus cuevas y bodegas que debieron de contener en su interior las tinajas de Villarrobledo.

Es por ello que los miembros del Equipo de Investigación de las Cuevas de Valdepeñas se han desplazado, junto a un grupo de socios de ORISOS, a la ciudad albaceteña de Villarrobledo, donde se ubica el Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera, con la finalidad de profundizar en el estudio y análisis de estos enormes contenedores que, hoy en día, debido al avance de nuevas tecnologías, han sido relegados a meros recipientes de adorno, en el mejor de los casos, o, abandonados a su suerte, como vemos en algunos sitios de Valdepeñas.

La visita a este lugar ha permitido documentar todo el proceso que llevaba consigo la fabricación de las tinajas de barro que, durante siglos, llenaron las bodegas y cuevas de diversas poblaciones productoras de vino, entre las que se encontraba, por supuesto, Valdepeñas.

Efectivamente, muchas de las tinajas que el Equipo de Investigación de las cuevas de Valdepeñas está documentando proceden de esta localidad, por lo que la información que se puede obtener en Villarrobledo, resulta de sumo interés.

El Proyecto de Investigación de las cuevas de Valdepeñas se está desarrollando gracias a la colaboración de la Concejalía de Cultura, que subvenciona el trabajo que se está llevando a cabo, y el Centro Asociado de la UNED de Ciudad Real. Este Proyecto cuenta en la actualidad con tres investigadores, así como con colaboraciones desinteresadas de personas de Valdepeñas y también los miembros de la Asociación ORISOS.

El Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera fue abierto al público en 2008 y recrea las distintas fases de fabricación de las tinajas, haciendo, además, un recorrido histórico por los cuatro siglos de actividad alfarera de esta ciudad. Los visitantes pueden conocer, descubrir y valorar un oficio y tradición centenaria que aún se mantiene viva, porque todavía, aunque de manera testimonial, hay varios alfares en la ciudad.

El Centro presenta tres espacios expositivos: el obrador, que muestra todo el proceso hasta que la tinaja está terminada, la olla de combustión y el propio horno de cocer tinajas. A través de estos espacios se ofrece al visitante un recorrido por todas las fases que intervienen en la elaboración de la tinaja: localización de los barreros, extracción de la arcilla, tratamiento y preparación de la misma, proceso de ejecución de la tinaja, soleado de las piezas, preparación del horno para el proceso de cocción, colocación de las piezas en el horno y, tras la cocción, el transporte hasta su destino: cuevas y bodegas. En el Centro de Interpretación también se reúnen herramientas y diversos instrumentos utilizados en los procesos necesarios para poder llevar a cabo estos grandes recipientes.

El Centro de Interpretación aprovecha el espacio de un antiguo alfar y horno tinajero rehabilitado y reconstruido. Se ubica en un barrio en el que estuvieron situados hace ya bastante décadas, la inmensa mayoría de estos talleres. La localidad albaceteña de Villarrobledo ha sido el referente mundial en la creación de tinajas de barro, recipientes que, a lo largo de varios siglos, han sido fundamentales para la elaboración y conservación de los vinos.

Tras la visita a Villarrobledo, el grupo se desplazó a Argamasilla de Alba, donde los miembros de ORISOS visitaron la conocida Casa de Medrano, edificio del siglo XVI, donde según la tradición, estuvo preso Miguel de Cervantes, concibiendo allí su inmortal obra, El Quijote. La cueva posee otro nivel inferior, donde se puede apreciar una pequeña galería que conserva los espacios laterales excavados, en los que se situaron las tinajas -hoy desaparecidas- de pequeñas dimensiones. Esta cueva presenta unas características técnicas similares a las cuevas de Villanueva de los Infantes y a algunas de Valdepeñas, todas ellas con cronologías en torno al siglo XVI.

El día se completó con la visita al Castillo de Peñarroya, fortaleza sanjuanista del siglo XIII, con añadidos y modificaciones posteriores, que aprovecha las defensas naturales del entorno, con un acantilado natural donde hoy en día se localiza el embalse homónimo. La fortaleza posee en su interior el santuario de Nª Sª de la Encarnación de Peñarroya, con un retablo de estilo barroco tardío.

Una Jornada con un variado recorrido histórico por nuestros pueblos manchegos que conservan un abundante patrimonio que hay que conocer y que, desde ORISOS, animamos ello.

(Foto: Centro de Interpretación Tinajera)

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(Foto: Casa y cueva de Medrano)Casa y cueva Medrano (8) (Copiar)

Las cuevas de Valdepeñas y la alfarería tinajera de Villarrobledo: historia de vino y...