La noche daba comienzo a las 21:00 horas con una introducción al evento. Posteriormente se desarrolló un pequeño curso de cata apoyado con una proyección audiovisual en la que se explicaba a los asistentes en lo que tenían que basarse en una cata de vino para percibir con cada uno de los sentidos (olfato, vista y gusto) las sensaciones aportadas por los caldos. Además, también se realizó un juego para identificar los aromas que supuestamente iban a tener los vinos que iban a catar.
Los asistentes, divididos en cuatro grupos equilibrados en cuanto al dominio del inglés, discutieron, conversaron e intercambiaron opiniones sobre los diferentes aromas. “No se hacía una traducción literal, sino que tratábamos de crear un ámbito relajado. La gente preguntaba en inglés y se le respondía en inglés o si preguntaba en castellano se le ayudaba a traducir esa frase a inglés”, ha señalado el sumiller José Carlos Rodríguez.
En esta ocasión, y según Rodríguez, se degustaron un vino tinto, un blanco y un rosado de Bodegas Arúspide.
Desde Chato Grato aseguran estar muy satisfechos con el resultado y señalan que tienen ganas de repetir. “La gente nos ha felicitado por la iniciativa y por el formato del evento. Hay ganas de repetir pese a nuestra ajetreada agenda”.
