El Príncipe y el Mendigo llega el sábado a Valdepeñas. ¿Qué vamos a poder ver sobre el escenario?
Es una obra que entre los actores disfrutamos mucho. Se trata de una historia muy bonita con una moraleja que dice que hay que ser como uno es. Durante la representación cantamos, bailamos, hablamos en inglés, es un obra muy completa y además es familiar, por lo que la pueden disfrutar tanto los padres como los hijos. Es bonito ver a la familia entera disfrutando de la obra.
Hace tiempo que llevais con la obra representándola por toda España. ¿Cómo va respondiendo el público?
Sí, llevamos un año y es cierto que hemos estado por casi toda España, tanto en la península como en las islas. Y es curioso porque el público de cada sitio reacciona de una manera distinta. Se nota la cultura de cada región. Pero en general, el público está muy conectado con la obra, muy atento, y hay mucho intercambio de energía. La obra no solo la hacemos nosotros, ya que el intercambio de energía con el público es muy importante. Y es bastante bonito, porque te das cuenta de que los niños se van a casa después de ver la obra queriendo hacerla, queriendo ser algún personaje de la obra.
Sois muy jóvenes los actores que dais vida a los personajes de El Príncipe y el Mendigo. ¿Es fácil para los actores jóvenes hacerse un hueco en el mundo de la interpretación?
Todos los que formamos parte de la compañía nos hemos formado como actores. Hay algunos que han estudiado en la RESAD en Córdoba y otros en otras escuelas de interpretación. Pienso que es difícil pero con trabajo, esfuerzo, ganas e ilusión al final, si siembras la semilla, acabas recibiendo la recompensa. Los que estamos en El Príncipe y el Mendigo no hemos salido de la nada. Llevamos años de estudios de interpretación, que es bastante importante.
Formaste parte del reparto de El Internado. ¿Qué le debes a esta serie de televisión?
Me cambió la vida. Fue una serie que marcó mucho en España. Tenía mucha calidad en todos los ámbitos, en el técnico, en el de la producción... Fue una serie que vio muchísima gente, casi toda España, y es bonito el reconocimiento que recibes de la gente por un trabajo del que estábamos orgullosos de hacer. Era una serie muy arriesgada pero me dio a conocer al gran público. Aprendí mucho porque el ritmo es diferente al del teatro y te hace coger más tablas en todos los niveles.
Volviendo a El Príncipe y el Mendigo, ¿cómo invitarías a los valdepeñeros para que vayan a ver la obra?
Invitaría a todo el público porque va dirigida a todos, a grandes y a pequeños. Es un cuento muy cercano a nosotros y se van a divertir a mucho. Hay bailes, canciones y situaciones que les van a provocar cúmulos de sensaciones en hora y media. Yo no dejaría de pasar una oportunidad así. Es garantía de placer. Se irán muy contentos. Y, aparte de eso, es que hay que ir al teatro o al cine porque la cultura es muy importante, sobre todo en este tiempo de crisis. La necesitamos, es básica para crecer como personas y soñar. Te lleva a otro mundo. El teatro te lleva a una burbuja muy mágica. Ahora que todo el mundo se descarga todo por Internet, el teatro sigue siendo puro, no se ha contaminado como otras artes, sigue siendo como era hace siglos y eso hay que aprovecharlo.
