Una pieza que, aunque se encuentra en tamaño reducido en las vitrinas del mismo, la arqueóloga Gema Candelas ha mostrado al público en una foto en la que se puede ver la imagen de la tela ampliada a través de un microscopio electrónico: “Como veis en esta imagen se puede apreciar que está tejida con espiguillas y que cuando nos acercamos al trozo de tela real también se distinguen, pero más pequeñas”.
Candelas también ha explicado que “es inusual encontrar materia orgánica en contextos mediterráneos a no ser que haya llegado a nuestros días por la vía de la carbonización, como por ejemplo los carbones en el campo cuando echamos brasas y las mojamos. Otra forma seria la anaerobia, que estarían en un medio acuático o en una cueva en los que no haya bacterias, no haya actividad de oxígeno, eso es más infrecuente o bien la congelación, como los mamuts de los glaciares. Aquí en nuestra zona esto no se da”.
Según esta experta, la materia orgánica encontrada en un yacimiento arqueológico tiene “una magia especial, porque estamos hablando de un tejido que está vivo, de un fragmento de tela que en su día abrazó el cuerpo de alguien, que acompañó a la vida de alguien. Probablemente se trate de una toga, un manto, es un fragmento de lino muy fino, previsiblemente seria como vestimenta”.
En esta actividad, también se ha analizado la industria textil, tanto de origen vegetal como animal, aunque en este caso al ser una tela de lino “evidentemente es vegetal”, ha explicado Candelas, quién también ha hablado del tipo de telar, el acto de tejer que tiene un simbolismo mágico y también ha analizado los tipos de vestimentas y ropajes que se podían utilizar en aquella época, dando un significado antropológico al acto de tejer de forma diacrónica a lo largo de la historia, particularizándolo al contexto de la sociedad ibérica en general y al yacimiento del Cerro de las Cabezas en particular.
Finalmente, ha mostrado semillas de lino, una planta de la que ha dicho que se da en zona de costa donde la humedad es mayor: “no estamos familiarizados con ella porque necesita temperaturas más suaves y un nivel de humedad mayor que el que se da en nuestra zona. Aunque hace 2.400 años sí se daba en esta tierra.
Candelas también ha recordado que la próxima actividad con el análisis de esta pieza será el viernes 24 de febrero y ha animado a la gente a asistir y repetir porque, aunque el contenido es el mismo, ella le da matices diferentes y si van niños tendrán una actividad lúdica para ellos.
