jueves. 28.03.2024
Cultura

Lucía Palacios: "En los libros de texto se le debería dar más importancia al estudio del franquismo"

La valdepeñera Lucía Palacios, junto al alemán Dietmar Post, han conseguido proyectar por primera vez en el mágico cine Babylon de Berlín su documental Los colonos del Caudillo, un repaso por la historia española desde la etapa franquista centrándose en la figura del Instituto Nacional de Colonización, con la peculiaridad de que se rodó en la localidad ciudadrealeña Llanos del Caudillo. A la espera de su estreno en España, advaldepeñas ha intercambiado impresiones con su creadora, Lucía Palacios.

Después de cuatro años desde que finalizó el rodaje de Los colonos del Caudillo se podrá ver por primera vez en la pantalla grande en Alemania. ¿Qué significa esto para Lucía Palacios y para el equipo de rodaje?

La meta última de hacer una película es, cómo no, que el público la vea, y que la vea en la pantalla grande. Como sabes, nos ha costado mucho esfuerzo sacar esta película adelante. Por tanto, por esas dos razones, nos provoca una gran satisfacción que Los Colonos del Caudillo vaya a ser vista pronto por el público en un cine. Por cierto, el Babylon es uno de los cines más bonitos y con más historia de Berlín.

El acto cobra una gran dimensión, ya que habrá una mesa redonda con importantes participantes, como Felipe González. ¿Cómo surgió todo?

En vista de que ni cadenas de televisión ni distribuidoras han querido involucrarse en la producción y distribución de la película, nos hemos propuesto hacer una gira, lo que hemos llamado “cine ambulante”. La idea es organizar en colaboración con cines, centros culturales, universidades, escuelas, etc,  proyecciones de la película que estarán seguidas de una discusión con políticos locales, periodistas e historiadores. El acto en Berlín es el pistoletazo de salida de tal gira y por ello tenía que contar con participantes de honor: Felipe González, Emilio Silva, Carlos Castresana y WaltherHaubrich. Todos ellos han aceptado participar, sin recibir ningún tipo de honorario. Hemos invitado también a miembros destacados del Partido Popular, pero desgraciadamente todos han rechazado nuestra invitación o no han respondido.

¿Por qué ha pasado tanto tiempo desde que finalizó el rodaje hasta que se puede ver en un cine?

Por la falta de financiación.  Dietmar Post y yo hemos producido Los Colonos del Caudillo de manera independiente, con muy poco apoyo institucional (con excepción de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Universidad de CLM-Vicerrectorado de Ciudad Real) y sin la participación de cadenas de televisión. Esto te permite una gran libertad creativa pero sin el dinero suficiente no puedes sacar un proyecto de tal envergadura adelante a la velocidad a la que te gustaría. Gracias a la campaña de micromecenazgo que organizamos hace unos meses en la plataforma Lánzanos hemos podido reunir el dinero para hacer la mezcla de sonido, las correcciones de color, etc. Todavía faltan varias cosas por financiar para dar por terminada oficialmente la película, pero estoy segura de que lo vamos a conseguir.

¿Cuándo se estrenará en España? Creo que os está apoyando Juan Diego Botto y la queréis presentar en Llanos del Caudillo…

Juan Diego ha cedido su voz para la narración del documental y nos apoya en lo que puede con el proyecto. No nos conocíamos. Le enviamos la película, le gustó y aceptó poner su voz, sin cobrar. Y sí, nuestra intención es que el estreno en España se celebre en Llanos del Caudillo. Fecha aún no podemos darte, pues depende de muchos factores, entre ellos de nuevo el financiero.

Para refrescarnos la memoria, ¿de qué trata el documental?

Por un lado contamos la historia del pueblo de colonización Llanos del Caudillo, que construyó en los años 50, junto a otros 300, el Instituto Nacional de Colonización, el organismo con más poder dentro del Ministerio de Agricultura franquista. Por otro, hacemos un repaso de la historia de España desde el comienzo de la Guerra Civil hasta nuestros días.

¿Por qué elegiste el tema del franquismo?

Estamos hablando de 40 años de la historia reciente de nuestro país, de dos generaciones que crecieron bajo una dictadura, que les marcó a ellos y a sus descendientes, así como a la vida política, económica y social posterior de este país. Debemos conocer ese pasado para conocernos mejor a nosotros mismos. Es esencial. En los libros de texto de la escuela se le debería dar muchísima más importancia al estudio de esa etapa.

¿Está siendo correcta la actuación del Estado español con las víctimas del franquismo?

Desgraciadamente, no. Es triste que el Estado no dé a las víctimas del franquismo y a sus familiares el mismo tratamiento que a las víctimas y familiares del terrorismo. Legalmente están a la misma altura. Emilio Silva ha sido el primero en hablar de “personas desaparecidas”, término inédito entonces para referirse a las víctimas del franquismo. Es una asignatura pendiente que tarde o temprano ha de resolverse.

En vuestra vivencia en Llanos, ¿qué visión os transmitieron las personas más mayores sobre su experiencia en tiempos franquistas? ¿Y qué sentimiento generalizado os habéis encontrado? ¿Hay aún dolor en estas personas?

Los tres colonos pioneros que aparecen en nuestra película tienen una percepción muy distinta de un pasado común. Uno de ellos afirma en la película: “Yo le debo todo a Franco. ¿O qué digo, que me quiso matar? No, ¡me dio para vivir!”. Otro, sin embargo, lo recuerda de otra manera y dice con dolor: “Esto era un campo de `reconcentración´, porque aquí no podía abrir el pico nadie, ni hacer lo que te parecía. Teníamos que hacer lo que ellos nos decían. Eran los amos.” Para uno Franco significa la vida, para el otro la represión y el sufrimiento.

Con la memoria no existe una verdad absoluta, pero ¿cuál de los dos testimonios se acerca más a la realidad?

Como documentalistas investigadores debíamos contar con los testimonies de los colonos, conocer cada detalle de su vida cotidiana, su llegada al pueblo, las condiciones en las que vivían, las entregas de los animales, del terreno y de la casa, los productos que tenían que cultivar y la entrega del 51 % de la cosecha al Instituto.

Debíamos estudiar también el material científico y académico que existe sobre el tema y contar con la opinión de los pocos expertos en la materia, así como con la gente que había “mandado” en el pueblo: el primer alcalde falangista, el cura, los maestros y el ingeniero agrónomo, quien había sido el encargado de controlar las cosechas y apuntarlas en los libros del colono. Este último es una figura clave, pues la cantidad del producto entregado decidía sobre la amortización del lote (casa, tierra y animales). Solo así podíamos acercarnos a esa realidad.

 

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