martes. 16.04.2024
CULTURA

Ferrero: “Queremos que la gente sepa de dónde vienen y que aprendan a tratar su cultura con respeto”

Raigambre es una asociación de folklore que surgió hace cuatro años en Valdepeñas y que a día de hoy ya tiene una escuela de baile, de música y muchos proyectos para lo que queda de año y el próximo. Su trabajo consiste en investigar sobre las costumbres y tradiciones manchegas ciñéndose a la realidad de la época. 

En advaldepeñas hemos querido conocer a este grupo cuyo objetivo es mantener viva la cultura y tradiciones de nuestra tierra con el respeto que ello merece, y para ello hemos hablado con su presidente, Luis Miguel Ferrero.

En breve tendréis elecciones a la presidencia de la asociación. ¿Vuelves a presentarte?

Sí, posiblemente, si el grupo así lo quiere. Además tenemos proyectos muy amplios e importantes con los que seguimos abarcando muchos aspectos del folklore que hasta ahora no se habían dado, con lo cual si eso significa que me presente de nuevo, lo haré.

¿Qué proyectos nuevos tenéis?

Abrimos de nuevo la escuela de Folklore que ya es su segundo año, en la que damos baile a grupos de menudos y cuajaos, niños y mayores. El grupo se ha ampliado no solo con los que vienen los viernes, sino con los que vinieron el año pasado a aprender y que han pasado a clases particulares los jueves. También tenemos los talleres de indumentaria popular y el de abalorios y joyería tradicional.

¿Qué enseñáis en estos talleres?

En bailes, las jotas, seguidillas, fandangos. Lo curioso es que no aprenden una coreografía porque tradicionalmente nadie lo hacía, se hacían pasos sueltos en los que los que bailaban se divertían y aprendían viendo a otros. Seguimos manteniendo el estilo libre. También potenciamos las investigaciones en los niños, les hemos dado una libreta donde ellos preguntan en sus casas sobre temas de este tipo y así van sacando romancillos, cuentos, recetas. Todo ello, forma parte de nuestro folklore que no se puede perder. Luego hacemos trabajo de campo y a partir de ahí ha surgido el taller de indumentaria popular, en el que a los mayores se les enseña a vestirse, ellos hacen su propia ropa, algunos la cosen a mano según las formas tradicionales y en el taller de abalorios y joyería, diseñan sus propias joyas de aquella época.

¿Los trajes que vemos habitualmente de manchega, son los que antes se llevaban?

La manchega no llevaba una cinta al cuello de terciopelo con un camafeo, ellas se ponían sobre todo aljófar, plata, oro, esmeraldas, llevaban de todo y se lo combinaban y cambiaban, les encantaba vestirse, ataviarse y de formas distintas a la vecina de enfrente.

¿Cómo os habéis vestido este año en la Ofrenda de Flores a la Patrona?

De familia tradicional manchega, con sus peinados, sus joyas, todo como hace años, al detalle. Las mujeres con mantellina en la cabeza, algunas antiguas de media luna con pasamanería, como entonces. El hombre y el niño con la misma prenda. En aquella época los hombres y los niños vestían igual y todos con la cabeza tapada, porque había que protegerse por medidas de higiene ya que el hombre llevaba el pelo largo, algo que cambió tras el motín de Esquilache, quien dio la orden de que el hombre se quitara la redecilla y se cortara el pelo. Se quitan la redecilla y como no están acostumbrados a ir con la cabeza descubierta, se ponen el pañuelo. Queremos que la gente cuando salga en la Ofrenda, por ejemplo, no vaya de cualquier manera, sino con los trajes reales, faldas bien almidonadas, no escurridas, dos pares de enaguas, pelo recogido, no cardado, sin mantones grandes y desgarbados.

Cuando viene gente nueva, ¿qué impresión se llevan de los trajes que les enseñáis?

Se quedan impactados al principio porque tienen una idea muy estereotipada de la manchega de rayas y con el refajo hasta la rodilla, algo que no es así, puesto que en aquellos años la mujer no enseñaba ni las pantorrillas, ni los tobillos, iban tapadas totalmente. Es como el cantar: “Esperando al domingo por ver tu cara y ahora vas a Misa tan retapada”. En los talleres enseñamos todo al detalle hasta cómo se peinaban y pintaban, que era poco y lo hacían con pigmentos naturales, incluso llegaron a usar tizones de la lumbre para teñir los zapatos o como para echarse en la raya del ojo o alrededor del mismo.

Realmente, lo que enseñáis es historia...

Sí, porque tenemos que saber de dónde venimos y sobre todo tratarlo con respeto. Por eso, las investigaciones que hacemos son serias, es decir, no vamos uniformados, hacemos los bailes populares en los que ejecutamos cada uno nuestro paso, que no me invento, sino que hay alguien que me lo ha enseñado. Queremos que lo nuestro no quede en el olvido, que estemos orgullosos de lo que somos, que conozcamos nuestras tradiciones realmente, que tenemos una riqueza increíble inmaterial: cantares, bailes, instrumentos, joyería, en todo. Ahora vamos a rescatar una tradición con los niños que es la de la noche de los finaos que “andan los muertos por los tejaos”.

Nos ha dado por el Halloween y casi que hemos olvidado esa tradición nuestra e incluso hasta el nombre...

Claro, por eso Raigambre quiere demostrar que nosotros teníamos nuestro Halloween particular, la noche de los finaos, del 1 al 2 de noviembre, que era cuando se decía que se levantaban los difuntos. Existían tradiciones que decían que cuando en una casa se moría alguien esa noche venían y se metían hasta en tu cama. Se va a trabajar el tema de los finaos desde el punto de vista de la historia que contaban los abuelos. Esa noche se dedica a nuestros muertos, antes se pensaba que era una época en la que había una comunicación abierta con los muertos. Los niños y mayores lo van a trabajar en las clases de cara a noviembre.

Y después viene la Navidad. ¿Qué vais a hacer en estas fechas?

Comenzaremos con los villancicos aguilanderos, la gastronomía, juegos tradicionales, el grupo participa en misas de gozo, que llevamos varios años celebrando en las Agustinas y en los Trinitarios. Rescataremos un auto sacramental de Navidad, que es una pequeña representación teatral que se hacía antiguamente para que el pueblo entendiese el nacimiento del niño Dios. Algo que se trabaja con la escuela de Raigambre.

¿Pensáis hacer algún libro con todo lo que tenéis recopilado?

Sí que quisiéramos pero tenemos pocos apoyos para ello. Queremos seguir demostrando y enseñando la cultura tradicional, es decir, a nosotros más que publicar nos interesa enseñar, que la gente cuando se vista de manchega o manchego vea que no vale cualquier cosa. Sería un libro serio, además teníamos el año pasado el proyecto pero se echó para atrás sobre la vida de la mujer en el siglo XVIII y XIX, en el que se hablaba de personajes de Valdepeñas como Elena Gijón y Mota, que era ganadera, Ana Maria Cava que tenia tiendas y era prestamista, una serie de mujeres que eran las que sacaban adelante la economía de su casa. Estamos hablando de mujeres del año 1.700 y pico.

¿Cuál es vuestro sueño con el trabajo que estáis haciendo?

Que se pueda crear una escuela municipal de folklore con todas las asociaciones que nos dedicamos a esto, incluso gastronómicas, un museo etnográfico. Todo ello atraería turismo a Valdepeñas.

 

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