- Este es el año de Santa Teresa, ¿cómo es la Teresa que trae a Valdepeñas? ¿Qué enfoque tiene el personaje en la obra?
Lo que Ana Diosdado como directora quería, era huir de la mística, de la que se ha escrito de todo. Le interesaba más la Teresa más humana y terrenal, con todo lo que eso comporta. Lo que la historia cuenta es el encontronazo feroz entre la Princesa de Éboli y Teresa de Jesús, ya que como se sabe, los Príncipes de Éboli subvencionaron el Convento de San José en Pastrana, y eso ya les costó tres meses y medio de largas conversaciones.
Hay un episodio después de la muerte de Ruy Gómez, el Príncipe de Éboli, en el que la Princesa quiere tomar los hábitos y se mete en el Convento para recluirse hasta morir. Lo hizo con dos esclavas, un mayordomo, su madre, sus trajes y sus riquezas; en ningún momento modificó su manera de vivir, pero si tuvo que acoplarse a las reglas impuestas por un Convento como era aquel, de clausura, con lo que eso comporta.
- Santa Teresa fue una mujer que rompió con su época y que aunque consiguió muchas cosas en pleno siglo XVI, también fue compleja en otros aspectos de su vida. ¿Es lo que hoy se suele llamar “una mujer de carácter”?
Sí, por supuesto, las dos lo fueron. Tanto la Princesa de Éboli como ella, eran dos mujeres muy tremendas, que se impusieron en un mundo de hombres, con la Inquisición como protagonista de esa época terrible.
- El contrapunto a las dos, lo encontrará el espectador en el papel de la novicia que hace Elisa Mouliaá…
Ella era una esclava de los Príncipes de Éboli, a la que el Príncipe antes de morir le concede la libertad. Es el contrapunto de las dos, porque no tiene vocación religiosa ninguna, está enamoradísima y lo que quiere es casarse, para eso es para lo que tiene disposición. Es un personaje muy hermoso, porque es el hilo conductor entre las dos.
- ¿Cómo has preparado el personaje?
La documentación en un personaje histórico es de rigor. Me he leído todo lo que escribió Teresa de Jesús y todo, es poco. Es algo maravilloso porque te abre caminos, te facilita el personaje y te hace comprender mejor a ese ser. Pero tanto del personaje como del mito, al margen de cualquier connotación religiosa, todo el mundo tiene su Teresa en su cabeza. Eso es lo que pasa cuando uno se enfrenta a personajes tan grandes, que hay que luchar contra eso. Hacer un personaje como este es una responsabilidad añadida, pero también es un reto maravilloso y apasionante.
- Sin duda vuestra actuación en Valdepeñas va a estar marcada por el fallecimiento de Ana Diosdado, escritora y guionista de la obra. ¿Será un homenaje para ella?
Absolutamente, para nosotros va a ser un trago duro porque es la primera representación que hacemos sin ella. El viernes pasado estuvimos en Navalmoral de la Mata, en Cáceres, y el teatro estuvo a tope, todo el mundo de pie. Fue muy emocionante y así se lo transmitimos a ella.
- ¿Por qué hay que ir a ver “El cielo que me tienes prometido”?
Es una obra escrita por una grande, que nos ha dado tantas historias para recordar en el teatro, la televisión y la literatura. Está escrita desde la honestidad e interpretada también desde la honestidad y la pasión, que es como únicamente se puede enfrentar esta profesión. Los personajes son interesantes, atrayentes y accesibles y eso creo que debe mover a salir de casa e ir a vernos. Yo iría a verla si fuera una persona fuera de esta profesión.
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Las localidades para la función de esta noche a las 21:00 horas, se pueden adquirir al precio de 10 euros en el Centro Cultural "La Confianza", en www.ccm.es, en el teléfono 902 106 601 y 902 405 902 y en la taquilla del teatro una hora antes de la representación.
