Para el artista ha supuesto toda una novedad presentar su obra después de tanto tiempo a la vez que una sensación de vértigo puesto que “hablar de uno mismo siempre es bastante difícil”, explicó Gilabert, quién también recordó lo que le movió a pintar este cuadro pero sin entrar en razones técnicas ni teóricas: “Hace años, Antonio López me tiró por tierra un cuadro que yo estaba pintando, me dijo que esa obra era mentira, que ni yo mismo me la creía. Después el cuadro fue premiado en Almagro y volví a coincidir con él, entonces me dijo “has entendido lo que te quise decir”. Después pinté este cuadro que hoy vamos a analizar”.
Gilabert reconoce que tras aquel encuentro hubo un antes y un después en su vida de artista: “Yo seguí haciendo realismo pero el realismo no es lo mío, no iba con mi forma de ser, ni con mi carácter, me producía mucha tensión el querer pintar la atmósfera, eso que hay delante de ti, era casi imposible. Pasaron años de transición hasta que cogí los pinceles y me puse a hacer lo que me gustaba, la abstracción, que si es lo mío. Me gusta el realismo, de hecho en verano me cojo mi caballete y me voy al campo para captar el natural pero no es lo mío”.
“Interior” es un cuadro del año 1983, que pertenece a sus inicios en el estudio donde estaba el artista en Madrid.
