Estamos en el mes de mayo y muchos cristianos tienen la costumbre de poner una “Cruz de Mayo” en sus hogares. El origen de esta tradición está en conmemorar el hallazgo de la verdadera Cruz de Jesucristo. Fue Santa Elena, en este mes, quién la encontró.
Una tradición que llena algún rincón de la casa de quienes tienen esta costumbre. Es el caso de Samuel Tercero, un joven valdepeñero de 18 años, que lleva cuatro montando la Cruz de Mayo en su casa. Un altar que cada año intenta mejorar. Además de la Cruz, tiene la imagen de la Virgen, que también es su mes, Jesús con la Cruz, distintas imágenes como el niño Jesús, ángeles, algunas son suyas otras se las prestan, y muchas flores. Sencilla pero acogedora, que invita a rezar. En 2017 ganó el primer premio de cruces de particulares en el concurso que organiza el Ayuntamiento de la localidad.
“La primera Cruz que vi fue la de los Costaleros de Jesús Cautivo, que mi hermano estaba allí y me gustó mucho. A partir de ahí pensé que yo tenía que poner una en mi casa, pero no fue hasta los 14 años que puse la primera”, explica Samuel, quién también nos dice que “cada año las he ido mejorando. La Cruz siempre la pongo en homenaje a dos personas que ya no están con nosotros: mi abuela Leona a la que le gustaba mucho todo esto y mi cuñada Cristina”.
A este joven creyente le gusta mucho la Semana Santa, de hecho es participativo en ella, pero “cuando va llegando el mes de mayo ya tengo en la cabeza lo que quiero hacer con la Cruz, es más ya tengo pensado como va a ser la del año que viene”.
Una Cruz que mientras hablábamos con Samuel era visitada por vecinas de la zona, que también han rezado previamente a ser bendecida por el párroco Rubén Villalta. Personas devotas para las que el momento del recogimiento y el rezo es fundamental.
Samuel Tercero nos dice que quién quiera puede visitarla durante todo el mes, está ubicada en la Travesía San Miguel, 8.
