martes. 16.04.2024

Actualmente imparte clases de flamenco en los colegios, solicitada por las AMPAS, bailes de salón y también en la Universidad Popular de Torrenueva. En advaldepeñas, hemos querido conocer de cerca el trabajo de esta valdepeñera que ya tiene a sus espaldas más de 20 años de experiencia enseñando a bailar.

¿Cuándo comienzas en el baile y donde te formas?

Comencé con 17 años en la escuela de Mª Luisa Labrador, quién había estudiado baile con Enrique el Cojo, un bailaor andaluz muy bueno y conocido en sus tiempos. Cuando llevaba un tiempo con ella me propuso ayudarle en sus clases y así lo hice. Al principio solo bailaba flamenco, después ya me forme en bailes de salón. Mª Luisa fue la pionera en cuanto a la organización de festivales benéficos en Valdepeñas. Recuerdo que en el Cine Parque, hacíamos los festivales fin de curso. Nos enseñaba de todo: alegrías, bulerías, solea, toná, tanguillos, fandangos.

Y desde entonces ¿no has parado?

Hice un paréntesis cuando me quedé embarazada y luego para cuidar a mis hijos. Después volví a retomarlo cuando comenzó la jornada continuada en los colegios y por las tardes tenían actividades extraescolares. El colegio pidió a los padres que si querían dar clase de algo que supieran y ahí fue cuando comenzó a picarme de nuevo el gusanillo. Pensé que podría ser una oportunidad para volver, me reciclé por mi cuenta y hasta hoy. Soy autodidacta. Para bailar tienes que tener además de buen oído musical, buena memoria coreográfica.

¿Cómo es un día en tus clases?

Comenzamos con calentamiento de brazos y pies, movemos brazos y luego pies, tanto los pequeños como los mayores. Tras el calentamiento recordamos lo que hemos dado en la clase anterior y después enseño algo nuevo, un paso, una técnica o una variación nueva. Una vez que hemos aprendido lo nuevo se incorpora al baile y así poco a poco lo vamos completando. Les enseño a distinguir lo que es una alegría, una solea, un tanguillo, una rumba. Aprenden cultura de la danza y la música.

¿Cómo preparas tus clases antes de darlas?

Las clases las doy por la tarde y por la mañana me dedico a buscar música para los bailes. En verano descanso los meses de julio, agosto y septiembre y hago lo mismo pero para todo el curso. Si viajo me gusta ir a tablaos flamencos, ver espectáculos. Pienso en mis grupos y en lo que mejor les va y monto la coreografía para el festival de fin de curso.

¿Tienes que ser también un poco psicóloga?

Tienes que intentar no dejar atrás a nadie, conocer bien la clase que tienes entre manos. La mayoría de los alumnos lo cogen todo muy rápido, luego hay otros grupos que no tanto, pero eso es como en el colegio, hay niños a los que les cuesta más y otro menos, a veces tienes que bajar el nivel y les enseñas algo más sencillo. Al final todo el mundo aprende pero luego cada uno lo desarrolla de una manera diferente, por ejemplo, todos aprenden rumbas o sevillanas, pero no todo el mundo las baila igual. Incluso te puedo decir que he tenido niñas con problemas físicos que han aprendido a bailar. Para enseñar lo que sabes, lo primero que tienes que hacer es entender a tu alumno, comprender su dificultad y adaptar la enseñanza para que sea más fácil, debes ponerte en la piel de tus alumnos para que aprendan. El baile es muy subjetivo lo tienes que aprender según te inspira. Cuando alguien quiere aprender a bailar se tiene que convertir en algo agradable, en pasar un rato en el que te encuentres a gusto y que estés deseando que llegue el siguiente día para volver.

¿Es difícil transmitir lo que quieres enseñar?

No es fácil, pero se consigue. No es lo mismo enseñar que bailar. Hay gente que baila muy bien pero a la hora de enseñar no transmite y al revés también ocurre. Es lo que te decía que para poder enseñar hay que entender al que aprende, a tus alumnos. Todo el mundo no es igual, me refiero a los alumnos, a la hora de coger un paso, a la hora de relacionarse con el grupo, en el baile hay mucha relación social y cada uno somos diferentes. 

¿Organizas tu propio festival anual?

Si, cada año lo hacemos a beneficio de alguna asociación u ONG. Este año lo hicimos en mayo y en el escenario había 200 personas, con edades desde 3 años hasta gente mayor. También colaboramos con otros festivales y con las fiestas de los barrios de Valdepeñas. Donde nos llamen allí que vamos.

¿Bailas con tus alumnos?

Procuro no bailar, porque los protagonistas son ellos, pero si en algún baile falta alguna alumna, la sustituyo.

¿Dónde das clase?

En Valdepeñas y en Torrenueva. En Valdepeñas, los talleres comienzan a las cuatro de la tarde en los colegios Luis Palacios, Lucero, Virgen de la Cabeza y Juan Alcaide, que es donde doy las clases. Los jueves por la tarde voy a dar clase de baile a los alumnos de la Universidad Popular de Torrenueva, donde tengo grupos muy diversos, desde niños pequeños hasta jubilados, unas 70 u 80 personas. En Torrenueva les gusta mucho el flamenco. Los viernes por la tarde-noche en Valdepeñas doy bailes de salón, es otro tipo de baile en el que comienzas igual con bailes sencillos, después vas ampliando con salsas, tangos, cha cha cha, etcétera.

¿El baile mantiene en forma al que lo practica, como si hiciera deporte?

Si, es uno de los mejores ejercicios que puedes hacer, porque mueves todo el cuerpo, desde los dedos de las manos hasta los de los pies, los músculos, todo el cuerpo y no son ejercicios bruscos. Y si todos los días practicas una hora, por ejemplo, bailando sevillanas, es un ejercicio muy completo y lo mejor que puedes hacer, incluso para mejorar la coordinación el baile es esencial.

¿Llevas el baile en la sangre?

Siempre me ha gustado bailar, en mi familia por parte de mi madre, tengo tíos que tocaban instrumentos musicales y decían que mi abuela materna bailaba muy bien la jota y tocaba muy bien las castañuelas, posiblemente me venga de ahí. Quién sí lo lleva en la sangre es mi hija, que estudia en el conservatorio de danza de Albacete. Está en una escuela donde da flamenco, bolera, clásico, de todo. El clásico es una base importantísima, que yo no di. Está en un nivel profesional que yo no tuve porque entonces no había esas escuelas que hay ahora. He practicado mucho con ella, desde que era pequeña, así es que imagínate si tiene vocación.

¿Tienes el armario lleno de trajes de flamenca?

Tengo unos cuantos, pero sobre todo de los antiguos, de los que utilizaba cuando daba clase con Mª Luisa, porque íbamos a bailar a muchos sitios. Nuevos tengo dos o tres igual que los de mis alumnas por si tengo que bailar con ellas, cuando falta alguna. Siempre vestidos cómodos para poder bailar de todo.

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