miércoles. 24.04.2024

En  muchas ocasiones los padres piensan que ese deseo de su hijo cambiará en el futuro,  pero… ¿y si no es así? ¿Y si ese es su verdadero sueño y no desiste de él?, aunque no te guste, ¿Lo apoyarías?

Como padres puede que penséis que es muy difícil que vuestro hijo llegue a ser deportista de élite, bailarín o bailarina o incluso cantante. Si tenéis un hijo con un sueño que no te parezca realista, es habitual pensar en hacerlo cambiar de rumbo a costa de lo que sea, al fin y al cabo queréis que  pueda conseguir grandes e importantes cosas en la vida, y tal vez, su sueño no lo ayude a eso.

Sin embargo, debéis entender que tu hijo probablemente piensa, siente y quiere algo diferente que tú, y que apoyarlo es lo que debéis hacer.

No importa lo loco o inalcanzable que sea el sueño de vuestro hijo, sus gustos y su personalidad se ven reflejados en él, ayudarlos a que cumplan sus sueños es más lógico que imponerse ante ellos.

Para ayudar a vuestro hijo a que cumpla sus sueños, es importante mantener una actitud positiva, aunque penséis que no es la mejor decisión, debéis mostradle que confiáis en él y en sus objetivos.

Ayudadlo a establecer metas, hacedle saber que con pequeños logros se llega a grandes éxitos.

Cada vez que consiga dar un pequeño paso hacia sus metas felicitadlo y decidle lo bien que hace las cosas, es importante recordadle que estas con él en eso y que te hace feliz lo que a él le haga feliz.

No podemos olvidar las obligaciones diarias, debemos ser realistas, ayúdalo a ser organizado, enseñadle a llevar una agenda con las obligaciones del día, de esa forma se acostumbrará a trabajar por su sueños diariamente sin dejar de lado las actividades con las que debe cumplir, como por ejemplo el colegio o las clases de deporte.

Finalmente, en algún momento puede que algo no salga como vuestro hijo deseaba, y debéis ayudarlo a estar preparado para ello. Enseñadle la importancia de levantarse después de caer y de aprender de esa caída, seguro siempre hay algo bueno tras un fracaso.

En el supuesto de que las cosas no sean como los niños esperaban debemos enseñarlos a tolerar su frustración.

Aprender a tolerar la frustración desde pequeños permite que los niños puedan enfrentarse de forma positiva a las distintas situaciones que se les presentarán en la vida.

La frustración es una vivencia emocional que se presenta cuando un deseo, un proyecto, una ilusión o una necesidad no se llega a satisfacer o a cumplir.

Tolerar la frustración significa ser capaz de afrontar los problemas y limitaciones que nos encontramos a lo largo de la vida, a pesar de las molestias o incomodidades que puedan causarnos. Por lo tanto, se trata de una actitud y, como tal, puede trabajarse y desarrollarse.

¡DE MAYOR QUIERO SER!… ¿Debemos apoyar a nuestros hijos?