Los alumnos de la Escuela Municipal de Ajedrez, dirigida por el Club “Los Molinos” desarrollan su aprendizaje en un aula de la Casa de la Juventud, en la que podemos ver tableros, piezas, relojes que controlan el tiempo de las partidas y todo lo necesario para que los alumnos que practican este deporte “de pensar”, como dicen ellos, desarrollen sus habilidades ajedrecistas.
Ramón Mañas, es el monitor de esta Escuela y señala que el objetivo principal es que “los niños aprendan y sobre todo que se lo pasen bien aprendiendo”. Para Mañas lo más importante para aprender este juego es la constancia: “A los niños les tiene que gustar y la constancia es más importante que la propia inteligencia”.
Este monitor utiliza técnicas de enseñanza como: un tablero gigante, libros, fotocopias, ordenador y distintas actividades que completan el aprendizaje. “La verdad es que utilizamos técnicas muy de antes porque disponemos de un solo ordenador para una clase en la que hay muchos niños, así es complicado, necesitaríamos más. Con más soporte digital sería más sencillo”, explica Mañas.
En “Los Molinos” hay unos 20 alumnos, entre niños y niñas, aunque cuando ya ha comenzado el curso también hay nuevas incorporaciones. Compiten a nivel provincial, regional y nacional, creando verdaderos campeones, como Esther, a la que ya conocimos a través de este medio y que “adora este deporte” o como Santiago que con tan solo 5 añitos ha sido subcampeón nacional. En general, todos han competido en distintas categorías y algo se han traído para Valdepeñas.
Cuando hablamos de niños o niñas que juegan al ajedrez siempre pensamos que tienen características especiales, que son superdotados, pero no tiene porqué ser así, tal y como nos explica Ramón: “Para mí todos son niños muy especiales a la hora de jugar al ajedrez, torpes desde luego no son, pero tampoco tienen porqué tener un alto coeficiente intelectual o ser superdotados, son niños y niñas normales a los que les encanta este deporte y le ponen interés por lo que aprenden rápido. Lo importante es el compañerismo y a la hora de competir se apoyan los unos a los otros, son amigos, porque incluso si alguno pierde los demás le consuelan. Todo ello se nota en los resultados. Es un deporte que les tiene que gustar porque si no, no vendrían”
Este club de ajedrecistas tiene alumnos que comienzan desde muy pequeños, incluso 4 o 5 años, porque según su monitor “es muy importante para el futuro del club”.
La Escuela de Ajedrez está incluida en las Escuelas Deportivas de Valdepeñas, los torneos se hacen por equipos y suelen celebrarse en noviembre y entre enero y febrero.
Hablamos con los alumnos y Samuel Santillana cuenta que juega al ajedrez porque es un deporte que le gusta: “Hay que pensar y a mí me gusta pensar, no me gusta el deporte físico, sino el de pensar”. Este joven ajedrecista ha ganado competiciones quedando incluso primero. También nos explica jugadas como el Mate del Pastor, que consiste en que la dama y el alfil cooperen para atacar el punto f7, también la Escocesa en la que las blancas con el movimiento de peón a d4 pretenden romper rápidamente el centro para conseguir ventaja.
Sergio Tirado, otro de los alumnos, nos dice entre risas y timidez, que siempre le gana a Samuel. Y Esther Ruíz de León, campeona regional y clasificada para nacionales, cuenta que quiere volver a ser campeona.
Santiago David Díaz, con tan solo 5 añitos juega al ajedrez porque le gusta y fue en junio subcampeón en nacional. Su hermano Francisco también está en el club y comenta que unas veces su hermano le gana y otras es al revés.
Todos estos campeones cuando compiten se levantan temprano, desayunan bien para coger fuerzas, después se sientan frente al rival bien concentrados, aunque como dice Álvaro “concentrarnos a veces cuesta por los nervios”.
Esperanza Sánchez, además de ser mamá de uno de los campeones es la tesorera del club y señala que desean que los niños y niñas de Valdepeñas se animen y se apunten a “nuestro club, bien a través de las Escuelas Deportivas o bien venir aquí a la Casa de la Juventud”.
Estos jugadores, por regla general, suelen ser buenos estudiantes porque el ajedrez es bueno para las matemáticas: “Le llaman el deporte de pensar, es un juego de cálculo y de mucha concentración, pero lo bueno de este deporte es el compañerismo, el apoyo que se dan entre ellos”, recuerda Sánchez.
En “Los Molinos” también necesitan renovar los tableros y tener patrocinadores que les apoyen. Se adaptan a los horarios de los niños y niñas que cumplen los 16 años y no pueden seguir el mismo horario que el resto, porque según la tesorera: “No queremos que pierdan el contacto con nosotros, por eso pondremos horarios y cuotas adaptadas a ellos”,
