A partir del análisis de los principales problemas a los que se enfrentan los jóvenes europeos en la actualidad, se implementa un diálogo transnacional capaz de abordar soluciones integradoras y sostenibles a inquietudes comunes, como las redes sociales o la crisis migratoria. La producción de documentos concretos les conducirá a la adquisición de una conciencia colaborativa capaz de diseñar modelos de comportamiento útiles para los retos de nuestra sociedad.
Este concepto de ciudadanía responsable se traslada, a través de las diversas actividades programadas, a toda la comunidad educativa, a la que se pretende involucrar en el desarrollo y concreción de los valores comunes compartidos por los diversos países participantes.
Tolerancia, comunidad, ciudadanía, sostenibilidad…en suma, la vivencia compartida de la diferencia se convierte así en fuente de riqueza y convivencia en un marco europeo que proyecta sus aspiraciones hacia una educación de futuro.