Que supone para ti el nombramiento de Hijo Predilecto de Valdepeñas.
Es un gran reconocimiento que quiero hacer extensivo a toda la profesión periodística. Como diría un ilustre ex presidente de la Comunidad, ‘lejos de mi el afán de protagonismo’, ya que el merito siempre es una cuestión subjetiva que, en todo caso, hay que agradecer con gran modestia. Ya decía Cervantes que el desagradecimiento es uno de los mayores pecados que los hombres cometen, superior a la soberbia en la que nos prodigamos mucho los hispanos.
Esta distinción es obligada compartirla con todos y cada uno de los profesionales de la información que han ejercido este oficio desde el siglo XIX, cuando aparecieron los primeros periódicos formales de Valdepeñas.
Hoy como ayer, nuestra ciudad sigue siendo cuna de los medios de comunicación que ayudan a dar fe de lo que pasa a nuestro alrededor.
Mi reconocimiento también al resto de instituciones y personas homenajeados ya que su labor es más que meritoria, como los colectivos ayudan a niños en riesgo de exclusión, el teatro vanguardista del grupo Lorenzo Medina o la dedicación docente y musical de Inés Ibáñez, además del deportista Joan Linares y los empresarios Jesús Carretero y Manuel Velasco. Que nadie se olvide, por cierto, que la saga de la familia Ibáñez es emblema indiscutible de la sensibilidad cultural de esta ciudad.
Como periodista, te dedicas a contar historias e imagino que cuando te surge la oportunidad, Valdepeñas sale en la conversación ¿Qué cuentas de tu ciudad?
Las raíces siempre están presentes en el ser humano, pobre de aquel que renuncie a su identidad. Pero en un mundo absolutamente global como el del siglo XXI es imposible abstraerse con los localismos. Hoy todo es universal. Las catástrofes lejanas, las guerras, las pandemias o incluso los terremotos económicos y financieros -como se ha visto- interesan y afectan mucho más que hace cincuenta años.
La telefonía, las redes e internet han transformado el planeta de manera vertiginosa y para bien, en la forma de relacionarnos, comerciar y sobre todo para comunicar y comunicarnos. ¿Quién no se estremece hoy con el sufrimiento de los refugiados, la mayor desvergüenza que no sabe ni quiere resolver Europa, cuyas noticias llegan a todos los rincones en tiempo real? ¿Quién no se preocupa por la tiranía de personajes como Putin, El Asad o Erdogan, o con las acciones de energúmenos como Maduro y Trump que pretenden imponer ideas dictatoriales sin estar en sus cabales?
Decía Josep Pla, junto al irredento Blasco Ibáñez que llego a dar la vuelta al mundo, que el mejor antídoto contra el provincianismo es viajar. Salir de los terruños es enriquecedor y abre la mente, pero los avances vertiginosos de hoy nos permiten ya interactuar a través de las controvertidas redes sociales que utilizan la mitad de la humanidad. En las cañerías de estos “periódicos estelares” se puede hacer de todo: chatear, vender y comprar, compartir videos y “vidas”, conocer gente y hasta insultar.
Ciñéndome a la pregunta, confesaré que a los amigos, colegas e, incluso a los políticos que lo merecen, les sigo recomendando buenos vinos de Valdepeñas y de la tierra, imbatibles en calidad-precio, que disfruten con algún recital de nuestro amigo Paco Clavel y que visiten la ciudad en fiestas chateando de verdad, esto es, sin el móvil en la mano.
¿Dónde estás actualmente?
No son momentos dulces para la política y el Parlamento, pero actualmente co-dirijo la revista de la Asociación de los ex diputados y ex senadores de las Cortes: www.exparlamentarios.es. Es una publicación con reflexiones políticas y también de actualidad económica e internacional, con firmas cualificadas y plurales.
Durante casi cuatro décadas el destino me ha llevado a ejercer el periodismo cultural y económico, y de manera más continuada, casi 20 años, el político-parlamentario que algunos describen como de alto riesgo y poca credibilidad. Siempre he pretendido informar de la manera más objetiva, sin faltar a la verdad, lo que llevo haciendo desde los estertores de la dictadura y el desarrollo de la Transición, en contacto con la mayoría de los representantes públicos y los presidentes de la democracia. Llegar hasta aquí no ha sido fácil, en un sector donde el control político primero, la concentración después, y la precariedad y salarios de miseria, desde hace años, han seguido la estela del resto de actividades.
En el mundo de la información no todo es oropel, aunque tampoco villanía, como suelen espetar nuestros detractores o incondicionales. Los periódicos, la radio y la TV continúan siendo hoy la principal fuente de denuncia de los abusos, injusticias y casos de corrupción que se cometen en el entorno privado o en el poder. Esta es una de las razones por las que se llevado a calificar a los medios como cuarto poder, de manera equivoca a mi juicio, e incluso hace ya 200 años, decir a uno de los padres de la patria americana, que prefería Periódicos sin Democracia, a una Democracia sin periódicos, o amordazada. Tomás Jefferson ensalzaba así el papel de los medios como contrapoder, una cualidad que quienes ejercemos el oficio nunca deberíamos sobrepasar.
Qué le dirías a los valdepeñeros por este reconocimiento y por saberte querido en tu tierra
A los ciudadanos en general, incluidos los valdepeñeros y sobre todo a los jóvenes, les recomiendo que se dejen llevar por la locura cuerda que recomendaba el gran Erasmo de Róterdam para “soportar” el mundo, pero sin olvidarse de luchar y combatir la injusticia que hay a nuestro alrededor.
En este siglo XXI, en el que la fama vale más que el talento y el respeto y la responsabilidad son cualidades olvidadas, mendigar un puesto de trabajo, por ejemplo, se ha convertido en moneda de cambio y la mayor iniquidad que puedan permitir nuestros representantes públicos y quienes tienen la obligación de generar empleo. Me refiero naturalmente a un empleo digno, el que aflora la capacidad del ser humano, sin explotación, sin abusos, y sin desprecio a los derechos y la dignidad conculcados de manera sistemática tras casi una década de convulsión, desigualdades y crisis de identidad.
¿Que reflexión harías sobre el papel de los medios de comunicación en la actualidad?
Los medios y sus profesionales no somos sino fedatarios de la realidad social de cada momento. Siempre han dejado constancia de las miserias o virtudes de cada época con su sesgo y su línea editorial. Los historiadores recurren a menudo a sus páginas para recrear el pasado con rigor, con lo que se convierten en actas públicas. Igual que lo son la radio y la televisión.
En España, por ejemplo, el análisis final de esta larga Transición democrática se completara con el espectáculo bochornoso que está dando la clase política en general, y principalmente sus líderes, incapaces de anteponer los intereses y necesidades de la maltrecha sociedad a sus egos personales. El esperpento de filibusterismo, engañando durante todo un año a los ciudadanos, quedara escrito y grabado en los medios nacionales e internacionales, junto a la desvergüenza de la corrupción..
Hace más de un siglo, los periódicos valdepeñeros además de dar cuenta de la traída de las aguas o la visita del Rey, criticaban también a los alcaldes de Almagro, Bolaños, Moral o Valdepeñas por encubrir expedientes y los libros de actas, y se exigía la dimisión del regidor de Almuradiel, por su caciquismo ‘asqueroso y repugnante’ –escrito está- por lo que debía irse… ‘si no por la fuerza del Derecho, por el derecho de la fuerza’. Esto se recogía en semanarios como La hormiga, La Mancha Ilustrada, el Defensor, La Voz, entre otros.
En los medios nacionales, hoy no ayuda a mejorar la situación un panorama que controlan los dos mayores grupos audiovisuales del país, A-3Media y Mediaset. Juntos, acaparan el 86 % de la publicidad, esto es de los ingresos totales, y casi el 60 de la audiencia. Los datos no serían preocupantes también si por algunos platós no pululasen a diario, multitud de licenciados de la vida ajena, junto a no pocos famosos de la nada, que tanto aportan a la cultura nacional. Es patente que muchos de los contenidos audiovisuales son el peor ejemplo de telebasura, morbo y zafiedad que tanto perjudica al sector más vulnerable de la sociedad, los jóvenes.
Foto de Luis Carlos Ramírez con los ex diputados Emilio Olabarria (PNV) y Josep Sanchez Llibre.
