El primer premio consistía en una beca para realizar prácticas en La Fonda de Alberto, con el objetivo de que este alumno pueda tener una experiencia con la realidad empresarial. La tapa ganadora será una de las ofertadas por este establecimiento en su variada carta de tapas.
Javier Muñoz, director del Veracruz Plaza Hotel & Spa y del restaurante La Fonda de Alberto, recordó como esta iniciativa surgió a raíz de una reunión del IES Gregorio Prieto con los empresarios hosteleros de Valdepeñas y en la que se trató la demanda futura que necesitaría la hostelería y como una de las carencias era la falta de un mayor acercamiento del alumnado a la realidad empresarial que estos se iban a encontrar: "hacen prácticas pero queríamos que ellos accedieran al tipo de funciones que después se encontrarán y que hoy en día está de moda, como es la presentación de un plato ante el público. En aquella reunión se decía que hoy en día un cocinero parece más una estrella del rock, que un cocinero de plato”.
El director del hotel señaló que la idea era dar continuidad a este concurso ya no “solo a nivel local sino también a nivel provincial o regional”. El objetivo es que los estudiantes de hostelería aprendan una realidad que les llevará a un mundo laboral que es “durísimo, con muchas horas de trabajo y que ellos se expresen y sean competitivos”.
Muñoz puso en valor el talento y la creatividad de unos alumnos que pertenecen a un grado de cocina, de primer y segundo año, dándole una calificación de “diez”: “El nivel de las tapas, la creatividad, el maridaje de sabores es realmente impresionante”.
La tapa de Javier Aguirre, alumno de primer curso de grado medio, era una Brandada de caballa sobre una pasta brick, con salsa vizcaína, un plato muy elaborado tal y como lo calificó la jefa del departamento de cocina del IES Gregorio Prieto, Llanos Mateo.
En total, se presentaron 9 tapas finalistas, y los siguientes premiados fueron:
Carlos Jesús Noves, que quedó en segundo lugar con su tapa Caballa confitada sobre aguacame con rollito crujiente, el tercer puesto fue para Ángel Fernández, con una caballa con ajo blanco de chufa. Natalia Baez y Leticia Merlo quedaron en cuarta y quinta posición, recibiendo un premio por la calidad de sus tapas.
Para Llanos Mateo este tipo de actividades es un orgullo desde el punto de vista del profesorado puesto que a lo largo del curso “los vas viendo crecer a un nivel y una velocidad increíbles, son fuertes, valientes y te emocionan”.
Para Mateo la cocina es un mundo vocacional porque si no, no se explicaría “el tiempo que se pasa trabajando y las penurias que sufrimos”. Respecto al concurso ha puesto en valor la sinergia que se ha producido entre el IES y la empresa y considera que es “el inicio de algo que puede continuar durante mucho tiempo”.
Finalmente, el ganador del concurso, Javier Aguirre, habló de su tapa, una caballa cuya particularidad era que estaba hecha con sifón: “Me la he jugado a una carta puesto que el sifón a veces funciona y a veces no, le he puesto vinagre de crema de balsámico y pasta brick, huevas de arenque, ajo negro y las propias lastras de la caballa”. Considera que estos concursos dan mucha oportunidad a la creatividad y a las ideas. Aguirre, tiene 24 años y es alumno de primer curso de cocina. Para este futuro cocinero la base de todo está en la cocina tradicional y añadió que “aunque mi madre no lo sepa, he aprendido mucho de ella”.
El objeto de esta actividad es fomentar la cultura gastronómica y vinícola, además de mostrar el talento de estos jóvenes cocineros.
