jueves. 28.03.2024

Maravillosa época del año para comer todo lo que nos plazca, siempre que nuestro bolsillo nos lo permita, pero, sobre todo, para degustar infinidad de dulces que harán que a más de uno se nos caiga la baba de imaginarnos el sabor de algún que otro dulce típico navideño.

La riqueza gastronómica de España adquiere en Navidad su máxima expresión y en esta época del año no faltan los dulces navideños, delicias artesanas que hacen de nuestro paladar una fiesta y que estamos obligados a degustar en estas fechas, aunque más de un médico nos los prohíba.

La oferta, como bien sabemos, es enorme. Son muchas las delicias navideñas que podemos encontrar en nuestro país pero, sin lugar a dudas, el protagonista de estas fechas es el turrón.

El turrón tiene sus orígenes en el mundo árabe y actualmente tiene infinidad de posibilidades de sabores, ya los hay hasta de gin-tonic. Los turrones más típicos son el de Jijona (o blando) y el Turrón de Alicante (duro). También es muy apreciado el Turrón a la piedra, el cual tiene sabor a almendra y miel.

Otro de los postres con mayor tradición en nuestro país es el mazapán. Dulce elaborado con almendras molidas y azúcar que suele presentarse en forma de figuritas y que, además, sirve como base a otros muchos dulces. El mazapán, al parecer, también es de origen árabe. Toledo, sin duda, es el máximo exponente de este dulce navideño porque, según cuenta una leyenda, durante una hambruna las monjas toledanas usaron huevos y almendras (los únicos ingredientes que les quedaban en la despensa) para hacer una pasta dulce que salvó a la ciudad del desfallecimiento.

No nos podemos olvidar de los polvorones, dulces típicos que se desmenuzan en la boca transformándose desde el primer bocado en un polvo de almendra y mantequilla rellenos de sabores como vainilla o canela, y de los mantecados, dulces elaborados principalmente con manteca de cerdo y azúcar.

En nuestro viaje por el paraíso de la dulzura navideña, es obligatorio hablar de las marquesas. Estos pasteles cuadrados y esponjosos están hechos con una masa que mezcla la pasta de almendras y el mazapán. Las marquesas están cubiertas completamente con azúcar glas y su sabor es de almendras con un ligero toque de limón.

Por último, ¿quién no deja un hueco para el roscón de Reyes? El roscón es un pan dulce con forma circular adornado con rodajas de fruta escarchada o confitada de colores variados que se suele degustar el día 6 de enero, día de Reyes, acompañado con una taza de chocolate caliente.

Según fuentes, el roscón de Reyes tiene su origen en el siglo II a.C coincidiendo con las celebraciones ‘Saturnales’ o ‘La fiesta de los esclavos’, como también era conocida.

Se calcula que fue en el siglo III d.C. cuando se introdujo la conocida haba, ya que ésta se consideraba un símbolo próspero y de fertilidad, por lo que a aquel que se encontraba en su porción de torta con esta legumbre se le auguraba prosperidad durante el resto de año.

La tradición del haba despareció para volver a reaparecer a mediados del siglo XIX, siendo escogida la tradicional fecha del día de Reyes para ser degustado y creando alrededor de este riquísimo dulce toda una parafernalia en la que el afortunado al que le salía la figurita era coronado como el ‘rey de la fiesta’.

Por su parte, a la persona a la que le tocaba el haba tenía la mala suerte de pagar el postre y, a la vez, se le nombraba como el ‘Tonto del Haba’, origen del famoso insulto ‘tontolaba’. 

Roscón de Reyes

Dulces navideños llenos de historia