Los chicos del respeto y al silencio cuándo un mayor habla. Los primeros en el cine del salón de la iglesia, siempre ponían Tarzán.
Con veinticinco pesetas y una larga cola donde la Carmen, éramos los reyes del universo. Un gran tesoro que comíamos a escondidas para que nuestros hermanos mayores no hicieran lo propio.
Los viernes el Un, Dos, Tres y el sábado la Bola de Cristal. Deseosos de la feria y admiración al contemplar a nuestro padre paseando al Santo. Si ibas a la capital, eso era lo mas grande e importante, siempre arrastrando algún capricho de nuestra sacrificada madre.
Vivimos en la era del dos caballos, películas rancias de folclóricas y restos de una vida llena de miedo y respeto. Pero crecimos y ahora somos padres, tíos y hermanos de una generación que se posa en la cumbre como las cigüeñas en una torre.
Con nuestros defectos y virtudes, y sobre todo con respeto a nuestros iguales. Esta es mi generación y vosotros mi gente, "plaeros", "monachileros" y "serranos" que con ojos de águila, coronamos Granada.