miércoles. 15.05.2024
LAS HISTORIAS DE KUKA

Capítulo LII. Miedo

Algo nos acecha detrás de cada esquina, silenciosa y con paso firme, en cualquier momento, ¡zas!. Claro que servidora se empapa de todas las noticias que cada día nos tiran a la cara con un objetivo bien claro. 

Unos señores, por llamarlos de alguna manera, compran un helicóptero para espiarnos por las carreteras, eso sí, con el fin de que tengamos menos accidentes, porque ayuda a evitarlos.

Y como una tonta voy y me lo creo, control y recaudación, eso es lo que pasa o al menos a mi me lo parece. A la DGT le importa un pito si me estrello contra un árbol, sólo soy un número, eso sí a la justicia y a mi sí que me importa si choco o provoco un accidente a otros viandantes.

Me da que pronto tendremos instalado encima de nuestras cabezas un chip para que hagamos lo que hagamos, al final paguemos. Y un chip que contara todas nuestras alegrías, tendré cuidado con los orgasmos por si me pasan comisión. Pero eso no es de lo que trata esto hoy.
Vivimos con miedo, a la enfermedad, a la ruina, a la soledad, etcétera.. Cincuenta mil excusas llenan cada día nuestras cabezas, para que vivamos con miedo.

El empresario mete miedo a los trabajadores para que no digan ni “mu”. Rendir más y calladitos, que hay quinientos detrás de ti. Lo que él no sabe es que no hay nadie más para aguantar jilipolleces.
El médico te mete en una urna de cristal para que no enfermes, y así no gastes. La DGT para que conduzcas poco. Ahora, cuando paras en una gasolinera lo mismo te encuentras a los guardias de cerveza y cubatas.

Cuando un huracán asola América y la deja como una era, yo tengo un gustirrinin, porque a mí no me pasa. Las guerras y demás desgracias mundiales, a la hora de comer, hacen la comida más placentera. ¡Pero adónde vamos a llegar señores!.

Me voy a quedar con las ganas de que algún friki encorbatado nos diga a todos: "Señores hace un día precioso en la nación más bonita del mundo, nuestra España, salgamos todos a celebrarlo".
Claro parecería un anuncio de la Coca-Cola, a ver si la enchufada de la Botín coge la idea.
Lo que si me haría muy feliz sería ver a la de la botella subida en una carroza en el orgullo gay, tetas al viento, disfrazada de pera o de manzana.

Desde la capital, por ahora, de nuestro maravilloso reino.

Kuka y su buen pedo.

 

Capítulo LII. Miedo