Eso el primer día, después van solos, o con la Nani de turno. Chicos solos que al final se crían con todo el mundo menos con sus madres, eso sí, el primer día de cole la felicidad acompañada de un buen botox, que no falte.
Todos volvemos a la rutina, quien afortunadamente la tenga, otros al mismo banco del parque con la carpeta llena de currículum. Un año movido lleno de escándalos por todos los lares de la piel de toro.
Los de arriba mientras dicen que hemos salido de esto, yo la calle la veo igual de muerta, o peor aún más triste.
Me hice un propósito, cambiar de registro y ver las cosas de otra manera, pero entonces estaría haciendo la tonta por aquí o quizás debería cambiarlo, estoy algo perdida.
Cuando empezó esta aventura periodística, me propuse crear una historia de una mamarracha desastrosa con un montón de anécdotas, por contar, y poco a poco me he dejado llevar por la situación, actual.
Quizás lo mejor sería contar anécdotas mías o de otras personas, para dejar a un lado todo el mal rollo aunque sea por un momento.
Recuperar a mis amigas, que tantos buenos ratos y locos consejos nos han dado ¡y y frescas son un rato!. Y quejarme de mis ninis y sus adicciones.
Está claro que algo hay que cambiar y que mi propósito sea el de entretener y no de echar más leña al fuego. Así es que la próxima semana no faltare a mi cita y bien acompañada para ser aquello que siempre quise ser.
Kuka y su botella de té.
