sábado. 27.04.2024
LAS HISTORIAS DE KUKA

Capítulo LXVIII. Luto

El luto es un periodo de tiempo donde con dolor y esfuerzo se van curando las heridas. Cuando el corazón se rompe a trozos pasamos a un estado de luto, que según los expertos puede durar un par de años o si te quedas pillada toda la vida.

 

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Hay quién se queda como doña Jimena esperando a su Cid toda la vida. También la que cuando el amor se estrella, comienza un periodo frenético por arrasar todo lo que encuentra en su camino, en un intento desesperado de recuperar los años perdidos.

Sin olvidar aquella que lo deja y luego vuelve y así pasa el resto de su vida y todas las noches desespera al lado del teléfono esperando que suene, llorando su regreso cada noche junto a la almohada o la botella.

Y frenética aquella que empieza con magia negra y muñecos de trapo y demás pociones en un intento de recuperar el amor perdido. Para mí lo mejor de todo es llorar al amor perdido intensamente durante dos días  y al tercero tacón y a la calle.

Como todo en esta vida hay que ser prácticos que el tiempo no está para perderlo y menos aún en estos tiempos que corren.

Está claro que cada persona que se cruza en nuestro camino y se queda una temporada en nuestros corazones va dejando una huella que pasa del dolor al recuerdo. Yo personalmente no diré si mis recuerdos son buenos o malos, simplemente no guardo rencor.

Pasado este periodo de oscuridad, un día cualquiera, una se siente liberada, fresca y si la juventud acompaña el corazón remendado empezara a buscar un jardinero que riegue nuestro jardín. 

Si la edad no acompaña con la misma fuerza, para dichos menesteres del querer, las amigas cafeteras harán lo propio para que no te sientas tan sola.

Todo forma parte de esta aventura maravillosa que es la vida y a pesar de todos los amores o desamores merece la pena vivirla. Aprender o no la lección, volver a caer en lo mismo, en definitiva sentirse viva.

Caminando por el vertedero en el que se convirtió Madrid, con unas botas de goma de los chinos, me peleo con los gatos para abrir camino. Esta semana no se porqué cuento esto. Un beso de vuestra Kuka.

Capítulo LXVIII. Luto