Temperaturas agradables, por fin buen tiempecito, las flores más bellas que nunca y los sentimientos se disparan. No hay un solo rincón que no celebre una romería o el famoso Rocío. Todos lo santos paseados por los caminos con el fervor y la devoción de un pueblo lleno de esperanza, por una España mejor.
Antes se sacaban para que lloviese, para paliar enfermedades o acabar con el mal de ojo de algún pueblo maldito. Ahora se pasean con todo el amor del mundo y el respeto que se merecen, pues ellos y sólo ellos dan esperanza, tanta como se necesita.
(Como el marido sólo piensa en el trabajo, servidora va a cuidar a madre unos días, supuestamente, claro.)
Los sin pecaos están preparados para una semana intensa por el camino, y como manda la tradición nos lavaremos los pies con Coca-Cola, en memoria de las que ya no pueden hacerlo.
Es duro el caminar sin levantar polvo alguno, pues en estos días de todo te puede pasar, hasta engendrar un hijo que a seguro, nunca sabrá su padre si era suyo. Cuando pasemos por el quema, toca bautizo, y La Carol me bautizará como "Kuka amargada del camino".
Y razón no le falta a la pobre, que si a todo saco punta, imaginaros una semana de idas y venidas por los olivos. Y como dinero no tengo, me pego a los que lo tienen, que yo creo que por unos días fuera el mundo no se acabará.
Me da a mi que este año habrá más fieles que nunca por nuestros campos compartiendo lo que tienen con nuestros iguales. Durante unos días los olivares serán nuestra casa y los peregrinos, mis hermanos, y los guapetones que van a caballo, mis amantes. Y no habrá resaca ni pena, pues regadas con buen vino y choto al ajillo, los malos espíritus y los cuervos se van al carajo. Luego el domingo daremos nuestro amor y respeto a la blanca paloma.
Que los pajarracos oscuros se queden peleándose por su dinero. Este año en mi carroza con mis amigas nos vamos al Rocío. A beber y fumar, a cantar y bailar, hasta que el cuerpo quede sin aliento, y seamos rescatadas por algún Romero calesa en mano.
Señores de la Inquisición. ¡Que os den!