viernes. 26.04.2024
LAS HISTORIAS DE KUKA

Capítulo XLIV. Rivales

¿Qué es lo peor que le puede pasar a tus amigas de penas y alegrías? Pues, que se cruce entre ellas un tío cañón y la guerra está servida. Claro que, todas en edad de merecer y encontrándose algo solas, disfrutaban de una paz y muchos planes para los días libres de esta hermosa primavera. Hasta que un día para mal del resto, la más larga, pero no más mona, aparece cogida del brazo de un profesor de spinning.

Todas amabilísimas y graciosas lo aceptan como igual, pero por las noches de luna llena, se transforman en fieras con ganas de carne humana. A solas como pérfidas, entre pronósticos y malos augurios no le dan ni una semana de vida al amante.

Destacando todos los defectos del mismo y pretendienta incluida, para pasar al hastío reconfortante y así poder asumir con resignación que no probaran bocado. Mientras, la que se supone que ama al cachas, cuenta al resto sus buenos atributos y cualidades para amar insaciablemente.

Las amigas, entre risas de conejo, se despellejan de envidia al llegar a casa. El gallinero necesita un gallo urgentemente.

Desde que el hombre está en este mundo siempre ha habido envidias y rencores, adornados con la mejor sonrisa. Que si la que canta se lleva mal con la reina del pop, el torero no quiere mujeres que toreen con él por si le hacen sombra.

Y si nos metemos con los glamoures, la que viste de mercadillo odia a la eternamente joven, (sí, la que le dio por saltar desde un trampolín como la Barbie Olímpica). 

Mi vecina lava más blanco, la de abajo ya no podrá ponerse de nuevo esa falda gracias a mi lejía.

Y digo yo, mientras estamos pendientes de todas estas tonterías, creo que se nos escapan otras cosas más importantes.

Mis amigas se pelean por el mismo tío, el cual no podrá nunca consolarlas a todas, o ¿quizás sí?

Agazapado entre los matorrales el león acecha a sus presas para devorarlas una a una en silencio.

Entre ellas una mirada vacía y sepulcral charla en la consulta del médico por culpa de un maldito herpes que no se sabe por qué las ha cogido a todas de lleno, dejándolas marcadas de por vida.

Capítulo XLIV. Rivales