viernes. 26.04.2024
LAS HISTORIAS DE KUKA

Capítulo XXIX. El día del amor

Febrerillo loco guarda en sus entrañas un día dedicado al amor. Esa fecha es importante sobre todo para los comerciantes, restaurantes,etc... En fin, un amplio abanico mercantil para ayudar a que las ventas suban ya un poco más, pues en rebajas ya no queda nada. Bueno, sí, esas cosas que una no se pondría ni muerta. Hay muchas clases de amor, de muchos colores y formas, todos bien aceptados y tolerados por esta sociedad. Pero hay uno que para mí se merece todos los respetos del mundo: el viejo amar.

Recuerdo una tarde de chismorreo con las amigas. Me llamó la atención una pareja de ancianos cogidos de la mano. La sensación fue gratificante y emocionante. Pues mi mayor ilusión sería que aquella historia a mí me pasara también. Da igual cuándo empezaran, las veces que se pelearan, si llevaban cinco o cincuenta años juntos. Lo que de verdad importa es que al final del camino lo termines acompañado.

Siempre recuerdo este día, un ir y venir de mensajeros con flores, colas en las perfumerías, restaurantes llenos. ¡Qué bien que todos hagamos de una forma u otra un homenaje a nuestra pareja! O más bien un reconocimiento a la compañía, al calor y al deseo, que sin él todos estaríamos muertos y vagaríamos como zombies por este planeta.

Y como Cupido no entiende de nada, sólo de seres que tienen que estar juntos, pues mira qué bien que todo el mundo, sea como sea, se ame. Y bendito aquél que le dé la flecha de lleno, pues alcanzará la felicidad eterna. Bueno, eterna no, temporal. Eso sí, lo mismo dura una semana que toda una vida. Por eso hay que vivirlo con mucha intensidad, no sea que se acabe pronto. En estos casos el que guarda no halla, por eso hay que darlo todo por otra persona.

Y lo mejor para terminar con este homenaje a todos los amores y amados, no se me ocurre otra cosa.

Quitaros esa máscara,

la tristeza no es más que una careta,

puede durar tanto como tardes en quitártela tú mismo,

prueba.

Estás provocándote llanto artificial, hermano;

he dicho hermano y debí decir amante.

Nos cogemos las manos y no decimos que se siente nada.

Poco a poco se va mezclando nuestra sangre en los

encuentros.

Un buen día acabaremos por ser la misma cosa.

Libres somos.

Frecuentamos el dolor porque queremos,

como pudiéramos frecuentar el parque.

Hablamos de mutuas soledades,

hablamos de aventuras que tuvimos,

de que todo está lejos,

de que es difícil.

Y nunca hablamos de esto maravilloso que nos va

convirtiendo en ranas.

¿Quién dijo que la melancolía es elegante?

Quitaos esa máscara de tristeza,

siempre hay motivo para cantar,

para alabar al santísimo misterio,

no seamos cobardes,

corramos a decírselo a quien sea,

siempre hay alguien que amamos y nos ama.

Gloria Fuertes

Feliz día para todos los que aman, sean o no correspondidos. Lo que importa es la ilusión.

Capítulo XXIX. El día del amor