Detrás de tus macetas a golpe de tijera las dejará bien depiladas. Y si tienes perro, filete con cianuro y caso resuelto. Observadora de tu carro de la compra y en un descuido, las almejas saldrán volando a Antequera. Inventora de historias despiadadas, adornadas como pasteles.
Idas y venidas de amantes madrugadores, botellas de alcohol en la puerta de casa, sembrando el pánico por las calles, pobres gatos desvalidos a escobazos serán espantados. Como juglares de mentiras y risas de desgracias ajenas, la petarda va sembrando ortigas por dónde quiera que pasa.
La gente a su paso sale despavorida, cierran puertas y ventanas como sí de la peste se tratara. Las calles se quedan desiertas, la muerte entra por su ventana. Hace un tiempo en una lápida ponía: "Vivió sola, murió aún más sola. El que siembra recoge, que no descansé en paz la Siempre Sola".