viernes. 26.04.2024

El Sida, una enfermedad maldita que llegó a calificarse de lacra para la humanidad. El último informe de ONUSIDA revela la importancia vital de la terapia con antirretrovirales.

En los últimos años el acceso a este tratamiento ha aumentado en más del 60 por ciento. En África subsahariana, una cifra récord de 2,3 millones de personas ha podido acceder al tratamiento. En el mundo, las muertes relacionadas con el Sida cayeron en más de un 25 por ciento entre 2005 y 2011.

África subsahariana ha conseguido reducir en un tercio las muertes relacionadas con el Sida en los últimos seis años. El ritmo de progreso en la lucha contra esta enfermedad es cada vez mayor, lo que antes se conseguía en una década, ahora se logra en 24 meses, a pesar de ello todavía hay aproximadamente 6,8 millones de personas que no pueden acceder al tratamiento.

El mundo de Mariana se tiñó de negro cuando supo que estaba infectada por el virus del VIH. El acceso al tratamiento con antirretrovirales y el saber que se puede vivir con sida, han devuelto el color a sus días.  

Mariana está en el programa del proyecto de “Apoyo para la prevención, diagnóstico y tratamiento del sida en zona rural”, que Manos Unidas apoya en Angola.

Mi historia es como la de otras muchas mujeres de Angola

“Mi historia no tiene nada de especial, es como las de otras muchas mujeres de Angola. Con 15 años tuve un novio, pensé que me quería mucho, pero después, cuando quede embarazada, se fue a Luanda. Yo dejé los estudios y comencé a vender en la plaza.  Aquí la vida no es fácil y, cuando el negocio no va bien, piensas que tienes un hijo al que cuidar y alimentar, y  bueno no quiero justificarme, pero encontré otro hombre con el que pensé que podría ser feliz y crear una familia. Él ya tenía dos esposas, yo era la tercera, pero incluso así, acepte. Me quede embarazada otra vez. Todo parecía ir bien, él venía algunos días a casa, me daba algo de dinero.

Hacia el quinto mes de embarazo comencé a sentirme mal, tenía fiebre todos los días, dolor de cabeza, cansancio, a veces, incluso dificultad para respirar. Fui a consulta en el hospital y, tras hacerme las pruebas, me dijeron que tenía tuberculosis. ¡Fue tan duro!

Estando ingresada en el Centro de Tuberculosis me realizaron la prueba de VIH, y  salió positiva. En busca de apoyo, lo conté en casa y la familia me rechazó. Comenzaron a no venir a verme, tenían miedo. En un principio, mi esposo pareció entenderlo, pero, después, cada vez eran más las excusas para no visitarme, hasta que me dejó definitivamente. Estaba desesperada, sentía mucho miedo y mucha angustia. Incluso en algún momento pensé suicidarme.

Pero, gracias al apoyo del equipo del Hospital, conseguí superar la situación. Poco a poco fui aceptando mi realidad. Saber que contaba con un apoyo a todos los niveles, que recibiría la medicación necesaria para que mi bebé no se infectara por la enfermedad, todo esto me fue tranquilizando.

Gracias a Dios y a ustedes, cuando mi pequeño Faustino nació, pudo tomar leche maternizada, y medicación para prevenir la infección del sida, después otro jarabe para evitar infecciones que pudieran amenazar la salud y la vida de mi bebe, ( así me explicaron en el Hospital ). A mí también me apoyaron con medicación y leche, conseguí recuperarme de la tuberculósis , mejorar mis defensas  y disminuir el virus  en la sangre. Poco a poco recobre la esperanza,  las ganas de vivir y seguir luchando por mis hijos.

Actualmente, hago mi vida normal. Me encuentro bien, feliz de vivir y de disfrutar de mis hijos. ¡¡Muchas gracias!!

Mariana

Este es solo uno de los muchos ejemplos de cómo se trabaja en Manos Unidas en la lucha contra el Sida. Esta organización, que este año está inmersa en la campaña “La salud, derecho de todos: ¡Actúa!”, lleva apoyados, en lo que va de año, 12 proyectos destinados específicamente a la lucha contra esta enfermedad, por un importe de 800.000 euros. 

Carta de Mariana desde Angola en el Día Mundial contra el Sida