viernes. 19.04.2024

Todo esto, a su vez, puede hacer que el paciente no sea capaz de percibir una lesión o presión en determinadas zonas de los pies, ya que no podría sentir dolor y es posible que no se detecte estas lesiones hasta que se presente daño o una infección grave. 

Además la diabetes cambia la capacidad del cuerpo para luchar contra las infecciones. El daño a los vasos sanguíneos debido a la diabetes provoca que llegue menos sangre y oxígeno a los pies. Debido a esto, pequeñas llagas o rupturas en la piel pueden convertirse en úlceras cutáneas profundas, siendo necesario en los casos más extremos la amputación de la extremidad afectada.

Para evitar este tipo de problemas, daremos una serie de 10 consejos imprescindibles en el día a día del paciente diabético. 

1-    Se debe vigilar con atención y diariamente los pies, para comprobar las posibles apariciones de lesiones, maceraciones o rozaduras. No olvide ninguna zona, en especial el empeine, los lados del pie, la planta, los talones y entre los dedos. Si tiene dificultad, utilice un espejo para mirarse la planta y el talón.
 
2-    Debe utilizar zapatos amplios y confortables evitando que sean demasiado holgados para que no causen rozaduras. Revise el interior en busca de áreas ásperas o pedazos desprendidos que puedan causar presión excesiva o irritación. Tenga cuidado con las costuras de unión entre los componentes.

3-    Un buen zapato debe ser de cuero y ligero de peso, con suela antideslizante y flexible, con puntera cuadrada. Se debe evitar el calzado fabricado con componentes plásticos que no dejen transpirar el pie.

4-    Utilice medias o calcetines de lana o de algodón sin costuras o remiendos. Siempre que tenga la ocasión cámbielos a lo largo del día, para mantenerlos secos y limpios.

5-    Lavarse los pies todos los días, durante 5 minutos, con agua tibia o fría. Compruebe antes el agua con el codo para evitar quemarse. Utilice un jabón de pH neutro, después aclare bien. Seque con cuidado, evitando que quede humedad entre los dedos. 

6-    Camine diariamente. Pero evite caminar descalzo para evitar tropiezos y posibles heridas.

7-    Aplique crema hidratante en talones y el dorso del pie, evitando que queden restos entre los dedos, para que la zona no tenga una acumulación de humedad.

8-    No utilice botellas de agua caliente, estufas o mantas eléctricas para calentarse los pies. 

9-    No corte las uñas utilizando cortaúñas o tijeras, mejor límelas utilizando un lima de cartón, dándole una forma recta en el borde. Siempre que tenga la ocasión dejé el corte y fresado de sus uñas, y el tratamiento de callosidades para el podólogo.

10-    En caso de herida, enrojecimiento o supuración aunque sea indolora, solicita atención sanitaria. 

Estos son los consejos básicos y rutinarios para cuidar los pies del paciente diabético, pero no se puede olvidar los consejos generales del médico para mejorar el estado general del enfermo diabético. 

El decálogo podológico para pacientes diabéticos