Los ojos centrarán un gran protagonismo en los maquillajes para la temporada otoñal. Triunfan las sombras de colores, en plan arcoiris, a todo color y con trazos geométricos rotundos. Tonos naranjas y morados, hasta rojos o azules, aunque los más clásicos desde los tostados a los grises seguirán teniendo su sitio.
En esta batalla por el color el verde caki ocupa una de las mejores posiciones. Es un color ponible que combina muy bien con los tonos tierra y que también veremos en la ropa. Se lleva sobre todo en smoky eyes con efecto ahumado, mezclado con negro. Y, hablando de ahumados, el eyeliner será uno de nuestros grandes aliados de la temporada, ya que vuelven los rabillos interminables y una intensidad infinita.
No podemos olvidarnos tampoco de las máscaras de pestañas, que se unen a la revolución por el color iniciada en las sombras, por lo que vuelven las pestañas en colores azul, morado o violeta, muy en la línea de los años ochenta.
El maquillaje labial se rinde este otoño al color burdeos o vino tinto. Rojos subidos de tono, en algunos casos llegando al morado o al cereza, serán los más vistos en cuestiones de belleza.
Y en el resto del rostro, el efecto nude o piel natural sigue en boga, sobre todo para el día a día. Las tendencias apuestan por la naturalidad y por los maquillajes que no enmascaran la tez aportando luz al rostro. ¿Cómo conseguirlo? Con las nuevas BB Cream que han arrasado en el mercado, ya que unifican la piel y aportan resplandor obteniendo una sensación de piel desnuda.
El cabello también cambia de estación y sigue las nuevas tendencias. Lo último ahora es dar un paso más allá de las mechas californianas que tanto se han dejado ver este verano. Algo que se consigue a base de melenas con colores en degradé y mechones coloreados de medios a puntas, en sienes o en la raíz, aportando una sensación de mayor volumen y movimiento.
Y en cuanto a peinados, se nota que caminamos hacia la época navideña, ya que vuelven los peinados joya. Siguen así las tendencias en moda del barroco para este otoño-invierno. Las melenas se adornan con diademas llenas de brillantes o perlas y con broches o pasadores joya, con un marcado aire de elegancia. Y continúan las trenzas.
