El primer paso para conservar la salud y belleza de la piel es darle de beber, ya que el contraste de temperaturas y la calefacción hacen que aumente considerablemente su sequedad en invierno. Utilizar una buena hidratante tanto por la mañana como por la noche ayudará a remediar la situación.
Igualmente, es recomendable utilizar en la época invernal una crema antimanchas para reducir los lunares o manchas solares que nos haya dejado el verano en la piel.
También es muy importante que las cremas que usamos a diario contengan vitaminas C y E, así como fotoprotector SPF 30 como mínimo, ya que incluso cuando el cielo está nublado, los rayos solares alcanzan nuestra piel. De esta forma lograremos frenar el fotoenvejecimiento.
Por la noche podremos seguir frenando este envejecimiento de la piel si utilizamos cremas que cotengan entre sus componentes aminoácidos, ácido glicólico o retinoides.
Además, algunos profesionales recomiendan realizar una doble limpieza de la piel, utilizando primero una leche limpiadora y después un gel o espuma.
Por último, una o dos veces por semana según nuestro tipo de piel, deberemos realizar una exfoliación o peeling para eliminar las células muertas que nos produce un aspecto grisáceo del cutis y recuperar así su luminosidad.
