jueves. 02.05.2024

Al ser un deporte de parejas, se ha convertido en una buena forma de reunión con amigos para practicar deporte, o incluso la formación de ligas municipales o de clubes para el deportista amateur, han facilitado su práctica de forma más seria y cuidada. 

Como en todas las prácticas deportivas, aunque se realice de forma amateur, existe la posibilidad de lesión. Cada vez hay más “deportistas de tiempo libre” que juegan al pádel. Por tanto, es importante conocer las lesiones más típicas en el pie, que van ligadas a su práctica, y por supuesto su forma de prevenirlas.

En todo deporte debemos valorar cuatro parámetros que les cuidarán de muchas lesiones: calentamiento, material adecuado (sobretodo calzado), estiramientos y una buena hidratación antes, durante y después del ejercicio físico.

Como primera norma básica de todo deportista para prevenir daños es el calentamiento previo. No se debe menospreciar el calentamiento, pues puede ser clave para prevenir lesiones musculares en los primeros momentos de la actividad cuando la musculatura todavía no se ha habituado y se encuentra todavía “fría”.

El calzado tiene que dar seguridad al pie y amortiguación en los desplazamientos además del agarre necesario en la pista. Una zapatilla en mal estado, inadecuada o no apta para jugar al pádel e incluso un calcetín que no se adapte o que forme arruga, suelen ser la principal causa de lesión dérmica. En ocasiones, a pesar de elegir correctamente el tipo de zapatillas, el volumen del pie puede variar y provocar que la zapatilla nos apriete. La presión de la zapatilla en los dedos puede dañar las uñas e inducir a hematomas subungueales.

Todo esto acaba provocando roces y presiones en determinadas zonas. El pie se ve sometido a procesos de fricción que derivan en la aparición de ampollas; helomas o callos dorsales en los dedos (por presión o baja altura de la puntera de la zapatilla); hiperqueratosis (durezas), particularmente en las zonas de apoyo. Además hay que tener en cuenta la compatibilidad entre el calzado y la superficie donde se juega. En superficies duras es frecuente la sobrecarga del antepié, esta puede aliviarse con el uso de calzado amortiguado o de plantillas de descarga. Para evitar estas lesiones dérmicas es importante mantener una correcta hidratación de los pies con cremas adecuadas.

Para entender bien las lesiones musculares, ligamentosas y tendinosas que se producen, debemos describir los movimientos técnicos para desplazarse por la pista que se realizan en el pádel. A diferencia del tenis, el pádel no exige esfuerzos extremos de frenada y arrancada, pero si es cierto que el número de veces que realizamos estos gestos acompañado de saltos y recepción, produce una gran sobreutilización de la musculatura posterior de la pierna (gemelos), que genera un cansancio muscular. La zona del tendón de Aquiles se puede ver afectada con una tendinitis y en casos mucho más graves, desgarros o incluso rotura del tendón.

Los giros completos de dirección que se realizan cuando se busca la pelota en el muro y los desplazamientos laterales, producen movimientos en las articulaciones del pie denominados pronosupinadores. Estos cuando se ejecutan de forma brusca y rápida pueden acarrear tendinitis de tibiales y peroneos; e incluso si el movimiento excede la amplitud de movimiento normal, los ligamentos del tobillo pueden elongarse provocando esguinces de tobillo.

La fascitis plantar es una inflamación de la fascia plantar, que es la banda ancha y fuerte de tejido situada en la planta del pie, comienza en el antepié y se inserta en la parte posterior del talón (en el hueso calcáneo). Los jugadores de pádel son candidatos a sufrir la fascitis plantar por los continuos impactos y apoyos. Los mejores jugadores del circuito se encuentran la mayor parte del partido realizando movimientos de activación de pies. Un pequeño repiqueteo sobre el sitio para estar preparado y disminuir el tiempo de reacción ante la bola del rival. Este continuo movimiento tensa la fascia plantar. De nuevo es primordial elegir el calzado adecuado para evitar la fascitis plantar, incluso el uso de una plantilla adaptada por un podólogo ayuda ante esta inflamación.

Después de la actividad deportiva, ya sea un entrenamiento o partido, realice una buena serie de estiramientos. De esta manera se evitarán muchas de las lesiones anteriores. No olvide estirar la planta del pie, tirando de los dedos y antepié hacia nosotros durante 20 segundos.
Por supuesto si la higiene después de la actividad la realiza en instalaciones comunes de gimnasio, etc… utilice chanclas para la ducha para evitar infecciones dérmicas por hongos u otros patógenos, que pueden provocar onicomicosis (hongos en las uñas), pie de atleta, verrugas plantares (papilomas), etc.

El pie es una parte activa en cualquier deporte. Cuídelo, mímelo y realizar deporte será más gratificante.

Lesiones del pie típicas en la práctica del pádel y forma de prevenirlas