Sin embargo, la imagen de la novia ha ido variando a lo largo de la historia: la inmaculada novia vestida de blanco no es la imagen tradicional de la novia: si echamos la vista atrás nuestras abuelas y bisabuelas vestían de negro el día de su enlace, siempre tapadas y con velo (prenda que se usaba habitualmente para ir a misa y que no era específica de las novias como hoy en día).
La novia como la conocemos hoy nace en 1840, año en que se produjo la unión de la reina Victoria y Alberto de Saxe-Coburg. La reina eligió un vestido de color blanco para el acontecimiento. La fotografía oficial del retrato de boda fue extensamente difundida y muchas novias optaron por un vestido similar en honor a esa elección; la tradición de utilizar un traje blanco en la boda continúa hoy en día aunque no empezó a usarse en España hasta medio siglo después.
Pero la imagen tradicional de la novia “princesa” vestida de blanco -ahora roto- y con velo también empieza a variar en nuestros días y cada vez es más habitual encontrar novias de estilo vintage que eligen otro tipo disinto de complementos para el día de su boda; entre los más comunes encontramos complementos como las cintas en la frente, una de las opciones más recurridas para aquellas que quieren marcar un punto de diferencia y originalidad sin elegir detalles extremadamente alternativos.
Los gorros de blonda son otra opción muy común entre las “vintage”.
En cuanto al velo la tradición también comienza a adaptarse a los nuevos tiempo y la peineta sujetando al velo da paso a velos anudados en la cabeza a modo de pañuelo.
Firmas de novia de vestidos también se hacen eco de esta demanda y crean alternativos modelos de vestidos de novia que sin duda se alejan de los grandes trajes de corte princesa que son símbolo de la imagen tradicional de una novia.
¿Te atreverías a vestir vintage?
