jueves. 25.04.2024

La colocación de piercings orales es actualmente muy frecuente en la población por una cuestión de “moda”. Las complicaciones que puede ocasionar esta práctica son numerosas y cada vez más frecuentes debido principalmente a que se lleva a cabo por personal no sanitario, el cual carece de conocimientos médicos y anatómicos, y a que el portador del piercing no es informado adecuadamente sobre las complicaciones y los posibles riesgos que puede acarrear esta práctica en la salud oral.

Aunque nos creamos modernos, el  piercing, que se define  como la colocación de joyas, aditamentos o adornos con diversos fines ornamentales, para dar cierto carácter distintivo de marginalidad, de rebeldía, de religión, de pertenencia a un determinado grupo, con fines de incrementar el placer sexual, o simplemente por estética y moda; es una práctica ancestral resucitada a finales de los 70 en occidente por el movimiento punk; pero que ya existía en la  época de los egipcios y  de los mayas.

Pero si uno se decide, debe asumir una serie de riesgos, que debe conocer, y que yo quiero informar y a unas posibles complicaciones inmediatamente después y otras más tardías.

En una encuesta realizada entre los portadores de piercing en Estados Unidos, se puso de manifiesto que el 70% de ellos presentó alguna complicación.

Complicaciones durante la colocación del piercing

Dolor, ya que es un procedimiento realizado generalmente sin anestesia.

Hemorragia, debido a que la lengua está llena de arterias y vasos importantes. Puede requerir intervención médica urgente.

Lesión nerviosa, porque la lengua, los labios,…son inervados por nervios importantes, como el trigémino, hipogloso, … fácilmente lesionables.

Transmisión de enfermedades infecto-contagiosas importantes  tipo VIH, hepatitis,…lo cual se debe a la mala práctica y al uso de material y equipos sin las debidas medidas de desinfección y esterilización.

Complicaciones inmediatas a la colocación del piercing

Inflamación local de la lengua, lo que puede afectar al habla, a la deglución y a la masticación. Los ganglios linfáticos submandibulares y submaxilares pueden verse también aumentados de tamaño.

Infección localizada.

Traumatismos de la mucosa por la tendencia a jugar con la bola del pendiente, produciendo erosiones y heridas en la mucosa.

Bacteriemia, por difusión de una infección localizada, con fiebre, malestar general… y que requerirá tratamiento médico.

Angina de Ludwig,  inflamación bilateral  del suelo de la lengua, muy grave, donde la infección e inflamación pasa  rápidamente a planos internos musculares  de la cara y cuello, con dificultad para hablar, tragar  e incluso puede provocar la asfixia por la obstrucción total de la vía respiratoria. Requiere atención médica hospitalaria inmediata y se considera una situación muy grave.

Complicaciones tardías

Hiperplasia tisular, crecimiento de los tejidos de alrededor con  dolor y edema, debido a la repetida irritación de la mucosa.

Cracks de esmalte y fractura de dientes, por mordisquear la bola del pendiente,  o morderla accidentalmente al masticar. Los síntomas que se presentan son sensibilidad al frío y al dulce y dolor con la presión.

Recesión gingival, (pérdida de la encía, que recubre la raíz del diente) en la encía que roza con el metal constantemente.  Este efecto suele ser irreversible aunque se quite el piercing, y requiere un injerto de tejido conectivo. Las consecuencias graves de la recesión gingival es la pérdida ósea, con la pérdida del diente.

Aspiración o ingestión, de la bola del piercing, durante su colocación o porque se desenrosque después.

Hipersensibilidad o alergias al metal, provocado por el roce continuo.

Aumento de la saliva, por la reacción a cuerpo extraño.

Halitosis y tinciones, por dificultad en la higiene oral.

Se especula con la posibilidad de la existencia de corrientes galvánicas debido al acero inoxidable del piercing y a otros metales de empastes o prótesis en boca, lo que podría conllevar a una patología pulpar irreversible.

Alteraciones en la fonación, deglución y masticación.

Cicatrices queloides o hipertróficas, las cuales asociadas al tabaco y alcohol, frecuentes en la población portadora de dichos adornos, es una bomba de relojería en la aparición de lesiones precancerosas.

Es necesario hacer calar en la sociedad los riesgos para la salud que estos procedimientos implican, y RECALCAR que los profesionales de la salud oral desaconsejan el uso de los piercing por la gran cantidad de complicaciones que producen. Debido a estos riesgos, la colocación de un piercing debe llevar implícito el consentimiento informado del sujeto.

Así, la Asociación dental Americana y la Sociedad Española de Estomatología y Odontología se opone a la colocación de piercing en la cavidad oral, especialmente en niños y adolescentes. El Ministerio de Sanidad y Consumo señala el riesgo como donantes de sangre de las personas que llevan piercing, y no les permite donar sangre hasta 6 mese después de ponérselo.

Es nuestra obligación, como cuidadores de la salud dental,  revisar y prevenir las posibles lesiones e informar al portador, aunque la mejor prevención es no ponérselo y no ir a la moda, por esta vez.

Piercing orales: di "no" a la moda