viernes. 03.05.2024

En el año 1533, en la boda entre Enrique II de Francia y Catalina de Médici, ella llegó a lucir zapatos de tacón alto. Pero no fue hasta el año 1660 que su uso se extendió. El rey Luis XIV (El Rey Sol) diseño y encargo su elaboración de un zapato de tacón a un artesano llamado Nicolás Lestage, este diseño hizo su variante para mujeres. En la actualidad, aunque la mayoría de mujeres refieren las molestias con el uso de este tipo de zapatos, muy pocas descartan su uso, ya que se ha convertido en un símbolo de elegancia y de buen vestir.

Esta claro que el uso de zapatos de tacón es contraproducente para la salud y genera molestias. Pero su uso continuo y abusivo acompañado de la extrema estrechez de algunos modelos, puede acarrear problemas y daños de difícil o nula reversibilidad que necesitarán de tratamientos quirúrgicos para corregirlos. Puede producir problemas leves tales como durezas, rozaduras, inflamaciones, etc. Pero no podemos obviar los daños mas graves como artrosis articular, lesiones musculares o deformidades óseas (juanetes, dedos en garra, etc).

La mujer al ponerse el zapato de tacón produce un cambio postural, no solo al nivel del pie, también en rodilla, cadera y espalda. Este cambio provoca un resalce en la figura, pero con consecuencias.

El hueso calcáneo, el que forma el talón, esta preparado para soportar el solo la mayor parte del peso del cuerpo, pero con una elevación de tacón de unos 6 cm, provocamos una descompensación en la distribución normal del peso corporal en el pie. A mayor altura de tacón el porcentaje de peso se va concentrando en la zona delantera del pie (huesos metatarsianos y dedos) provocando a corto plazo molestias e inflamaciones  y a largo plazo deformidades mas graves como las que hemos expuesto antes. 

La primera articulación fuera del pie que sufre la redistribución del apoyo, es la del tobillo. Cambia su capacidad movimiento para adaptarse a la postura y produce inestabilidad en los movimientos laterales que aumenta el riesgo de sufrir un esguince y caídas.

En la musculatura posterior de la pierna se produce una compensación. Muscularmente la zona se acorta, provocando contracturas en los gemelos. En el uso prolongado puede producir un acortamiento en el tendón de Aquiles que limitará la capacidad de movimiento de la articulación del tobillo, pudiéndole provocar problemas graves en la forma normal de caminar. La rodilla se sobrecarga debido al trabajo muscular extra que tiene que hacer toda la extremidad inferior.

Los cambios en la pierna producen un desajuste en su inmediato nivel, la cadera y en consecuencia en la espalda. La curvatura normal de la columna vertebral varía, aumentando la lordosis de la zona lumbar y produciendo dolores de espalda.

No podemos desaconsejar totalmente su uso, porque este consejo caería en saco roto, pero lo que si podemos aconsejar es que se evite su uso diariamente. Que se guarden para ocasiones especiales, y que el tacón no sobrepase los 4 cm de altura. Y por supuesto que el calzado respete la forma del pie para que no haga presión en los dedos y origine conflicto de espacio en estos.

 

Problemas que provoca el uso de zapatos de tacón