sábado. 04.05.2024
MODA Y SALUD

Sexualidad de 0 a 5 años

Según la Declaración Universal de los Derechos Sexuales “La sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser humano. Su desarrollo pleno depende de la satisfacción de las necesidades humanas básicas como el deseo de contacto, intimidad, expresión emocional, placer, ternura y amor. La sexualidad es construida a través de la interacción entre el individuo y las estructuras sociales. El desarrollo pleno de la sexualidad es esencial para el bienestar individual, interpersonal y social”

niño

El Sexo. El Hecho Sexual Humano, que nacemos como Mujeres y como Hombres, diferenciados en un sexo o en otro, es tan importante que es troncal en nuestra forma de conocer el mundo. El Sexo es lo primero en que nos fijamos en el recién nacido, aun en el feto es de lo primero que queremos saber ¿qué va a ser niño o niña? Tenemos nuestras propias teorías acerca del sexo del feto según se comporta en la barriga o según la forma que tenga esta deducimos el sexo del futuro recién nacido.
La Sexualidad infantil se desarrolla queramos o no. Una de las primeras categorías que empiezan a hacer los niños a la hora de clasificar a las personas y a sí mismas es la Identidad Sexual. Yo soy una niña. Él es un niño. Tú eres un papá. Tú eres una Mamá. Y se enfadan si intentas cuestionar estas clasificaciones. Posteriormente podemos observarles cómo diferencian las actividades, la ropa o los juguetes por cosas de niñas y cosas de niños.

Lo que desde el mundo adulto se ve como comportamientos eróticos es el aprendizaje de la propia identidad sexual. Nuestros hijos van creciendo, se desarrollan y evolucionan queramos o no, la Realidad no puede ser negada aunque diversos contextos se la niegue o reprima. Su identidad, su personalidad y en definitiva, todo su mundo cognitivo (incluyendo la sexualidad y la erótica), se desarrolla y expresa fundamentalmente a través de la curiosidad (observación, manipulación, autodescubrimientos o preguntas) y el juego (exploración, imitación e identificación). El sentido y significado que niñas y niños dan a sus descubrimientos y juegos sexuales es distinto al que tiene para los adultos. Lo que nosotros llamamos actividad sexual en ellos y ellas tiene un objetivo distinto al nuestro. No podemos interpretar como adultos lo que ocurre en el mundo infantil.

El vínculo de apego es determinante de los 0 a 2 años. El contacto físico con sus mayores es vital, necesario e insustituible y les hace aprender a tocar y ser tocados, a abrazar y besar, a mirar y ser miradas, a comunicar y entender lo que se les dice, tener seguridad en la otra persona que les quiere, tener seguridad en sí mismo o sí misma al recibir afecto, aprender a reconocer y expresar emociones. Por ejemplo, cuando son bebes les encanta ver el rostro del adulto muy cerca cuando se les habla, cuando se les cambia.

La piel es el primer “ojo” del cuerpo, es por donde empezamos a conocer el mundo. El contacto de la piel con la madre, las caricias, los masajes que ayudan a tranquilizarlos. También el tacto de la mantita o de su juguete favorito cuando lo abrazan. Más todo lo que se llevan a la boca, para conocerlo. Es su manera de aprender. Sentir el agua cuando se bañan, jugar con el barro y la arena en el parque, tocar la comida y mancharse con ella ¿no han atrapado la caca en un descuido?

Niños y niñas empiezan a conocerse y a conocer al otro también tocándose. Si les llama la atención el pelo muy rizado o pelirrojo, lo primero que harán será tocarlo. No es de extrañar que los genitales propios y ajenos tengan el mismo interés para ellos. No es nada de lo que preocuparse aunque tampoco haya que alentarlo. Todos tienen su ritmo y sus tiempos.

A veces les encontramos autoexplorándose y algunos lo comentan: “mira, me hago cosquillas”. Poniendo a los padres en un verdadero aprieto y mirándose el uno al otro para decidir a cuál de los dos le toca decirle algo. Otras ocasiones es un balanceo continuo o frotarse con algún objeto. Es un buen momento para explicarle que aun siendo algo normal no es algo que se haga en público. Asociar esta conducta con algo sucio no hará que deje de suceder, solo que lo hará a escondidas y con vergüenza.

Otras veces, no tendrán esta conducta. Amar y aceptar a un niño supone no tener prisa ni presionar con distintos contenidos: ¡Ya dice palabras! ¡Come sólo! ¡Se toca o mucho o se no se toca! Cada niño y cada niña tienen sus tiempos y sus modos para aprender. Puede que no le veamos nunca tocarse, que no quiera besar al abuelo “Ay que niño más arisco, hay que robarle los besos”. Si no quiere, significa que no quiere tanto para las situaciones que suponen cercanía corporal, como los besos y abrazos; o respetar si no quiere que papá, mamá u otra persona esté presente cuando se está bañando o está haciendo pis.

Nuestra misión como padres es dar la información que nos pide, cuando la pide, sin avanzar acontecimientos no solicitados. Respetar los tiempos y la intimidad de las criaturas. Y, poco a poco, ir enseñando el Autocontrol: no todo se dice, no todo se hace. Por ser niños no todo vale. 

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Sexualidad de 0 a 5 años