Esto os parecerá una barbaridad, pero si no hay problemas antes, yo os recomiendo que debe ir conociendo al dentista como un personaje más de su vida, y os aconsejaría, que cuando vosotros vayáis, pidáis cita también para él, y os acompañe, siempre que no sea a un tratamiento agresivo, léase cirugías, implantes o extracciones. Pedirle al profesional que le haga una revisión, aunque sólo consigáis que se siente en el sillón y le cuente los dientes. Esto el primer día ¡sería fantástico!
Si no se consigue, no lo forcéis, ya veréis como la próxima vez se sienta o abre la boca él solito. Lo que debéis de intentar es que antes de que el niño necesite tratamiento, ya haya ido al dentista varias veces y deberéis de evitar ir la primera vez cuando ya haya problemas, un golpe, dolor.... Lo importante es que coja confianza y vaya como al pediatra, o cualquier sitio más usual.
Y por favor, que nadie amenace a los niños con ir al dentista, "a que te saquen la muela", si comes chuches, o si no te comes la comida.... Si no, no se sentaran jamás, os lo aseguro. Muchas veces, no somos conscientes de lo que esto puede provocar.
Yo siempre digo a los padres de mis pacientes infantiles que no debéis de preparar al niño para su visita al dentista: "Faltan dos semanas, ya verás qué bien...falta una semana...". Cuando nos preparan para algo, el instinto nos dice que no es nada bueno. Porque para ir al parque mamá no nos prepara, sólo hace sol, cogemos las bicis y nos vamos, pero para lo malo sí nos van preparando a los adultos también, pensadlo un poco.
Entonces, el día de la cita le podéis decir: "Cariño, vamos a vestirte, y lávate los dientes, que esta tarde vamos a ir al dentista a que te cuente todos los dientes, y ver si están sanos y fuertes”, no más. Y si os pregunta: "¿Y cómo me va a contar los dientes, mamá?", le contestáis: "Con un espejito muy chulo, me muero por saber cuántos dientes tienes". Intentad no dar demasiadas explicaciones, ya se las dará el doctor.
En resumen, os recomiendo llevarlo desde que tenga dientes, yo creo que mejor con un poco de madurez, y que ya ande solito, sobre los 12-18 meses, y después cada 6 meses, si no hay problemas y no hay caries. Ante riesgo de caries, es recomendable revisarlos cada 3 meses.
Ha sido un placer escribir estos consejos para que los lectores de advaldepeñas estéis bien informados. Si queréis que escriba sobre algún tema que os preocupe, tanto de niños como de adultos, enviad vuestras sugerencias a [email protected]. Espero haber sido de gran ayuda.
