jueves. 28.03.2024

Yo pregunto: ¿atiende el teléfono cada vez que pita? ¿Juega al candy crush mientras voy al baño, veo la tele...? ¿busco información por internet para saber manejar las rabietas de mis hijos? ¿cuántos grupos de whatsapp tengo? ¿Cotilleo el facebook como parte de mi ocio? ¿Grabo y/o fotografío a mis hijos cuando hacen algo divertido y los veo a través de la pantalla?

Si la respuesta a todas estas preguntas es sí, quizá haya que revisar qué enseñamos a nuestros hijos los adultos. Porque no solo los niños pasan mucho tiempo “pegados a la pantalla”. 

No nos hemos parado a pensar en los efectos que tiene en nuestros hijos el uso desmedido (sí, sí, desmedido) que hacemos los adultos del teléfono móvil y otros dispositivos. La Dra. Jenny Radesky, pediatra especializada en desarrollo infantil, llevó a cabo una observación antropólogica de 55 familias en restaurantes de cómida rápida, y pudo constatar que al menos 40 pasaron la comida absortos en sus teléfonos móviles, o consultándolos de forma intermitente. ¿Esta situación te suena? Tu relación con las pantallas tiene algunos efectos directos en tus hijos, como son: 

-Disminuye el tiempo de interacción cara a cara. Y sí, esta es importante, porque es el estímulo principal en el aprendizaje y desarrollo emocional de tus hijos. Los niños aprenden por imitación, y a través de la interacción cara a cara desarrollan no solo el lenguaje, sino que también aprenden sobre sus propias emociones y cómo regularlas. Radesky añade, que los niños aprenden a mantener conversaciones y a leer las expresiones faciales cuando los adultos conversamos. Y esto no ocurre cuando estamos tras una pantalla. No solo pensemos en niños pequeños de 4 ó 5 años; también los bebés, balbucean, emiten sonidos y reaccionan de diferente forma cuando el cuidador les mira a los ojos e interactúa con él. 

- Nos enfadamos más fácilmente. Cuando estamos mandando mensajes, o contestando correos, la parte del cerebro que está activa es la de “hacer”, en la cual se genera un sentido de urgencia por completar la tarea. En consecuencia, los papás nos alteramos con más facilidad cuando el niño nos interrumpe, pudiendo llegar a gritarle o tratarlo mal. Además nuestros hijos harán cualquier cosa por llamar nuestra atención, incluyendo portarse mal. 

- Nuestros hijos se sienten ignorados: Darle prioridad a nuestras actividades digitales puede tener consecuencias emocionales en nuestros hijos. La psicóloga Catherine Steiner-Adair en su libro The Big Disconnect: Protecting Childhood and Family Relationships in the Digital Age (La Gran Desconexión: Cómo proteger las relaciones familiares en la era digital) señala que estos comportamientos mandan a nuestros hijos el mensaje de que realmente no son importantes, no nos interesan, y que cualquier cosa puede interrumpir nuestro tiempo con ellos. Esto afecta a la relación con los padres, a su autoestima y a su desempeño social. Hablar y escuchar a nuestros hijos es importante en cualquier etapa de su desarrollo. Todos debemos realizar un esfuerzo por interactuar de forma más afectiva y poner reglas en casa para limitar el tiempo se dedica a ver la tele, al ordenador ó a jugar video juegos. Estas actividades no estimulan el área del lenguaje del cerebro de la misma manera que una conversación cara a cara. Es alarmante pensar que los propios padres, por desconocimiento, les nieguen a sus hijos el estímulo que necesitan, y por ello limiten sus oportunidades futuras. 

Ahí van una serie de consejos prácticos para RECONECTAR: 

- Observa: ¿qué haces al levantarte por la mañana? ¿Coges el teléfono y revisas tus mensajes, o te acurrucas? Tu actitud es importante. Elige cuál quieres tener. 

- Limita tus actividades digitales a momentos concretos del día. Si es importante por las mañanas, levántate un rato antes que tus hijos para poder llevar a cabo estas tareas y estar libre una vez despierten. 

- Comidas sin pantallas. Pero todos. Los adultos tienen que predicar con el ejemplo. Quita la tele, deja el teléfono fuera, y aprovecha las horas de las comidas como un momento de reunión y conversación. Es increíble lo bien que funciona. 

- Desconecta al llegar a casa. Cuando llegamos después de un día de trabajo nuestros hijos y familia se merecen toda la atención. Dásela. Cuelga el teléfono y termina el mensaje que escribes antes de entrar por la puerta. 

- No utilices las tecnologías de niñera. Sí, es verdad que funcionan, porque abstraen y desconectan. Pero probad a hablar, tener preparados juegos de espera, canciones para los viajes en coche... 

- Limita los tiempos de pantalla, preferentemente no después del cole o instituto. Los niños (y no tan niños) necesitan vivir en el mundo, relacionarse con otros, no entrar en los videojuegos, películas, dibujos... Aprovecha ese tiempo para charlar con ellos. 

- Saca las pantallas de las habitaciones. Al finalizar el día y nuestro día con nuestros hijos, necesitan saber que son lo más importante de nuestras vidas, que los queremos y que estamos con ellos. Dedícales ese tiempo sin interrupciones. 

Papás y mamás, hoy, ahora, es un buen momento para reconectarse emocionalmente con nuestros hijos, que no sólo lo necesitan, sino que también lo esperan. 

Familia y nuevas tecnologías