Conversar con los niños y adolescentes sobre lo aprendido el año anterior, lo que permite refrescar los conocimientos y mostrarles lo interesante que es aprender. Retomar los hábitos de estudio acompañando a sus hijos en este proceso y preocuparse de ciertos factores que contribuyen a mejorar la concentración; como cuidar el espacio para estudiar, controlando que haya el mínimo de distractores posibles, luz adecuada, que este todo ordenado y a mano.
Familia y Escuela
El objetivo principal es que los profesionales de la educación y los padres mejoren las relaciones Escuela-Familia y que los padres tomen conciencia de su papel en la educación de sus hijos, (al ser la familia el primer ámbito educativo) para responder a las nuevas necesidades educativas que se presentan. De la coordinación y armonía entre la familia y la escuela va a depender el desarrollo de personalidades sanas y equilibradas en los niños.
Tareas escolares
Progresivamente se les animará a los niños a tener un nivel de autonomía que les permita afrontar las tareas sin la presencia del adulto. A partir de los 7 años al principio, los padres pueden estar sentados en la misma mesa que él, a cierta distancia, pero sin implicarse en la tarea, después permanecer en la misma habitación, pero sentados en otro lugar, luego estar presentes pero abandonar de vez en cuando la habitación, para finalmente dejar que el niño trabaje ya solo en su mesa y habitación, pasando de vez en cuando a supervisar o manteniéndose como referencia por si tienen alguna duda. Es muy importante reforzar la conducta adecuada, no la inadecuada. Eso implica “sorprenderlos” cuando estén trabajando solos, dar muestras de satisfacción por las tareas que saben afrontar sin ayuda, valorarles y reconocerles que sepan buscar soluciones por sí mismos.
Las actividades extraescolares
Tienen sus ventajas y sus desventajas: entre las primeras, la socialización (conocen e interactúan con muchos otros niños, ampliando así su experiencia) y la adquisición de nuevos conocimientos (aprenden diversas actividades y técnicas que más adelante pueden resultarles muy útiles); pero por otro lado existe el riesgo de la sobreexigencia, la amenaza a su tiempo libre, por lo que conviene estar atento a las señales de agotamiento y estrés, y reservar un tiempo para la vida familiar. Es importante observar los intereses, las motivaciones del niño, mostrarle distintas actividades para ver si escoge una. A veces esos intereses se mantienen a lo largo del tiempo y otras van cambiando hasta encontrar algo que les guste más. También es muy común que inicialmente no demuestren interés por nada en particular. Lo más conveniente, como siempre, es respetarlos y no exigirles una actividad determinada
Y la más importante: aceptar las diferencias y no comparar
Cada niño tiene un nivel de desarrollo, una influencia a nivel biológico, psicológico y social, por lo que hay niños más rápidos en su desarrollo y niños que necesitan más tiempo para desarrollarse, niños “fáciles” y niños “difíciles”, por lo que, aunque la sociedad imponga sus niveles (necesarios para organizarnos) los padres tienen que fomentar las cualidades particulares de cada niño y aceptar las limitaciones.
