viernes. 29.03.2024

Estudiar en verano es un esfuerzo que exigen las circunstancias, pero también es un modo de disfrutar del aprendizaje. Cómo hacer que los estudios sean menos pesados, más placenteros y eficaces nos aconsejan dos profesoras con diferente trayectoria: Victoria Camacho Luque, socia y fundadora de La Academia Centro de Formación y Sonia Laguna, profesora de lengua y literatura del segundo ciclo de educación secundaria.

Supera el hándicap para futuros éxitos

Victoria da clases particulares a los estudiantes a lo largo del año escolar y en verano y está convencida que “en dos meses de verano es posible, y hasta fácil, superar los suspensos en una, dos, tres asignaturas pendientes. En los meses veraniegos se puede hacer más que en todo el año escolar de una manera clara, estructurándolo bien, usando los ejercicios que no estresan, sino que ayudan a asimilar el conocimiento, y el examen final que comprueba el éxito del trabajo”. Los mejores alumnos son los que están motivados, no solo los alumnos a los que les queda algo pendiente, sino los que quieren estar mejor preparados.

Reforzar el conocimiento en verano trae beneficios para el futuro. Los alumnos que tienen hasta cinco y más asignaturas pendientes para aprobar, al trabajar con motivación e inspiración en verano se destacan en el año escolar siguiente. “Asentar la base de conocimiento es la clave para el éxito. El repaso en verano da la posibilidad de empezar el año escolar bien, destacar. Estudiar en verano da la posibilidad de ver con calma dónde están los puntos débiles y convertirlos en los puntos fuertes” – afirma la profesora con 23 años de experiencia.

Estudiar con la cabeza fresca tras desayunar

Sonia hace hincapié en que todos los alumnos son individuos con capacidades diferentes y aspiran a objetivos distintos. Apoya a Victoria en que los alumnos motivados, con ganas pueden alcanzar sus metas fácilmente. Nos da un sensato consejo: “En verano es mejor estudiar nada más levantarse. Después de desayunar. Hay que crear una rutina, estudiar unas dos o tres horas por la mañana (depende de las asignaturas que prepara un alumno). Pero también es importante disfrutar del verano, salir, airearse”.

Estudiar sin estrés

“El problema es que durante el año escolar es la mala organización y el estrés. Los exámenes amontonados, las evaluaciones que no tienen lógica. Por ejemplo, después de Navidad los alumnos no hacen nada porque antes de las vacaciones navideñas les cargan tanto que al superar este periodo tienen un bajón, empiezan con los brazos caídos. Eso se debe a las paradojas de la organización del sistema educativo. En verano hay una posibilidad diferente: alumnos se pueden preparar relajadamente, sin estrés, sin problemas de exámenes” – dice Victoria. En su opinión, durante el curso hay picos, se les lleva a los alumnos a estos picos. Y lo que necesitan es tener pautas, un continuo.

Hoy en día hay más y más alumnos que dedican muchísimo tiempo a sus actividades extraescolares y junto con ello no quieren perder el nivel en los estudios. Sonia ha tenido experiencia con los alumnos que se dedican en serio a los deportes, pertenecen a unas canteras de los clubs deportivos, o también se dedican al mundo de los artes, por ejemplo, a música. Durante el año escolar estos chicos viven una vida muy tensa, entonces les aconseja desconectarse y “leer por placer. La lectura tiene muchos beneficios: aprender la ortografía leyendo una obra, entender el razonamiento de un autor, poder interpretar, analizar”. Según ella, literatura podría divertir y reforzar el conocimiento sin estrés.

Sigue tu plan

“Un profesor particular que da clases en verano debe dar todo un curso dentro de dos meses, entonces es muy importante seguir un plan bien organizado. Les doy a mis alumnos solo los ejercicios importantes, los anclajes” – comparte claves de su metodología Victoria Camacho Luque. Ella presta mucha importancia en seguir un plan bien organizado según los contenidos de estudios. Los alumnos tienen que seguir plan, sea creado por el instituto, por un profesor, o por el mismo estudiante.

Aprovecha tiempo “muerto”

¿Cuántas veces nos aburrimos en la sala de espera en el hospital? ¿O en el largo camino en un tren o autobús? Pues este tiempo, es un tiempo dorado para los estudios. El tiempo no se mata, se aprovecha. Antiguamente habría que llevar un libro de estudio en el bolso para poder aprovechar y estudiar. Ahora ni eso, porque cada uno de nosotros tiene un móvil inteligente con la conexión a internet. Entonces es muy oportuno consultar alguna duda, rellenar un hueco vacío en el temario de los estudios. Sin compromiso, haciéndolo como si fuera de paso, pero aprovechando el momento. En vez de aburrirse, despertar la curiosidad y responder a sí mismo a preguntas pendientes.

Un bloc de notas es tu aliado

Puede sonar anticuado, pero un cuaderno es un gran aliado de cualquier alumno. Sí, hay dispositivos maravillosos (móvil, tablet, portátil etc) que son imprescindibles para los estudiantes modernos. Pero un cuaderno “de carne y hueso” – esta libreta pequeña de papel – sigue dando posibilidades únicas en el proceso de los estudios. Al escribir físicamente uno no tiene ayuda del corrector T9, debe encender su propio cerebro (unir ojo, mano, mente) para unir las letras en palabras y aquellas en frases. Mientras uno escribe con la mano, da a su cerebro margen de maniobra para analizar lo escrito, asumir la información. Está muy bien apuntar cualquier duda que surge, unas preguntas, unas reflexiones, hipótesis, ideas… 

Desconéctate de los dispositivos

Suena difícil y hasta aterrorizante ¡desconectarse del móvil, de internet, de los chats y redes sociales! Pero es lo que funciona… Cuando uno usa un dispositivo electrónico conectado a la red, permite que le entre mucha información exterior, fijando su atención en los estudios de vez en cuando, haciendo el proceso de estudiar algo superficial. Para disfrutar plenamente de los estudios es bueno usar la herramienta clásica: cuaderno, lápiz o boli, libros, revistas etc. Unir el cuerpo y la mente usando los materiales físicos, de toda la vida.

Estudia en lugares donde te gusta y como te gusta

Puedes estar en una piscina tomando el sol y estudiando un libro que te resulta interesante. Es mejor que clavar los codos en un despacho, en la mesa de estudio y estar ausente, sin estudiar nada. Se puede aprender cuando tienes ganas de aprender. Como decía el escritor Manuel Vicent: "se puede leer boca abajo, clavando los codos, o se puede leer boca arriba, para disfrutar. Es importante saber encontrar un oasis de estudios, donde uno se siente a gusto y disfruta de aprender.".

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