jueves. 02.05.2024
OPINIóN

Buen viaje Carmen y Alberto y que la vida os premie con todo lo mejor

En agosto de 2015 publicábamos en advaldepeñas como una familia de la localidad estaba sufriendo continuamente incendios en su casa. “Alguien”, no se sabe quién, se estaba cebando con la propiedad de Carmen y Alberto, provocando incendios que podrían haber tenido consecuencias muy graves. Todo lo que estos hechos desencadenaron después ha conseguido que esta familia se haya marchado de Valdepeñas, dejando atrás ilusiones, amigos, trabajo y muchos sueños.

carmen y alberto

Cuando sucedieron los hechos esta redactora se desplazó hasta la casa de campo donde vivían Carmen y Alberto, un matrimonio joven, para hablar con ellos y dar a conocer la noticia de primera mano e “in situ”. Mientras iba de camino no sabía que al llegar allí me iba a encontrar con personas a las que conocía, porque nuestros hijos jugaban juntos al fútbol.

A partir de ese día, surgió una relación de amistad en la que cada vez que incendiaban su casa, Carmen me llamaba más para desahogarse que para que yo informara. Vi su sufrimiento, lo sentí, vi como el sueño de su vida de vivir con sus hijos en plena naturaleza y que estos la amaran se iba desvaneciendo porque, caprichos del destino, a alguien se le ocurrió hacerles la vida imposible. ¿Porqué?, al parecer nadie lo sabe.

Cada vez que “alguien” quemaba su casa, Carmen sufría ataques de ansiedad, a Alberto su enfermedad se le iba agravando y la tristeza se apoderaba de sus hijos. Una familia que llegó con mucha ilusión a esta ciudad, compraron su casa en el campo, en plena naturaleza y como bien dice Carmen “ponerla a la venta ha sido muy duro, era nuestro sueño vivir en el campo, con nuestros hijos, oír a los pajarillos cantar cuando tendía la ropa, cuidar de mis plantas, mis árboles, pasear con mi perra por el campo, en definitiva, sentirme libre”.

Un buen día Carmen me llamó para decirme que ya no vivían en su casa en el campo, que se habían venido a vivir al centro de Valdepeñas porque “el miedo se había apoderado de ellos” y ya era insoportable “no poder ni dormir”.

Carmen y Alberto, finalmente, decidieron irse y empezar de nuevo en Barcelona, de donde son, aunque ellos siempre presumen de sus raíces manchegas. La semana pasada toda la familia vinieron a mi casa a despedirse, creo que fui la última persona que les dijo adiós, eso sí con lágrimas en los ojos y el corazón encogido. Se han ido con mucha pena, con mucho dolor por todo lo que dejaban aquí: el que fue su hogar y hoy ya no, sueños, ilusiones, amigos, colegios, sus animales y mucho más. Se han ido sin saber "quién" y "porqué", y con la pena de "no sentirse protegidos".

Sé que ellos son fuertes y que van a superarlo todo, con el apoyo y la ayuda de su familia y amigos. Ahora tienen un gran reto por delante, volver a rehacer sus vidas y sobre todo hacer frente a la operación de Alberto, puesto que su salud se vio mermada debido a estos acontecimientos.

Carmen, se que volverás a sonreír, Alberto seguro que te recuperarás porque eres muy fuerte y vuestros hijos tendrán un gran futuro. Así lo deseo de todo corazón.

Carmen me dejó escrita una emotiva carta que leí cuando se marcharon y en la que da las gracias a quienes tanto les han ayudado (amigos, compañeros de trabajo de Alberto…). En la carta dice muchas cosas, pero eso es algo entre ella y yo. Eso sí, ella sigue preguntándose ¿Porqué? y, sobre todo, si algún día "sabremos quien o quienes han sido los responsables de tanto dolor".

Buen viaje Carmen y Alberto y que la vida os premie con todo lo mejor