Casi siempre son cambios muy equitativos, en los que ninguno ha salido perdiendo. Lo normal es que ambos hayan ganado, ambos se hayan beneficiado, ambos hayan visto cubiertos sus intereses.
No es el caso que nos ocupa. Merkel ha venido a España a cambiar cromos con Rajoy. Se supone que este intercambio favorezca a ambos países; pero no. Por parte del Gobierno de España solo ha habido un beneficiado: Luis de Guindos, que parece haber conseguido el cargo que quería. Por lo demás, no vemos nada que pueda favorecer a España y a los españoles. Una vez más, el Gobierno de Mariano Rajoy se ha puesto de rodillas ante la toda poderosa Alemania de Merkel. ¿Qué diría el PP si lo hubiera hecho Zapatero?
Hombre, hay que reconocer, que Merkel se ha sacrificado y ha hecho a pie los cinco últimos kilómetros del Camino de Santiago. Pero a cambio ha recibido las bendiciones del apóstol y del mismísimo Rajoy. Esperemos que la próxima vez venga a Doñana y comparta con la ministra Báñez los favores de la Virgen del Rocio, a cambio de la Reforma Laboral, “que tanto ha beneficiado a los trabajadores”
Bromas aparte, volvamos al intercambio de cromos. Rajoy le ha sacado a Merkel su promesa de apoyar a Guindos para que se convierta en el presidente del Eurogrupo. Pero esto solo le beneficia al Sr. De Guindos. A los españoles no les va a beneficiar para nada. Al contrario, le va a beneficiar más al Gobierno de Alemania que coloca a un peón importante en un organismo que controla la política monetaria en Europa. Porque no olvidemos, que el Sr. De Guindos viene de la banca privada, y a ella volverá, y comparte intereses con el neoliberalismo de los gobiernos conservadores.
A cambio la Sra. Merkel le ha sacado a Rajoy, más reformas estructurales, más macroeconomía, más recortes y más austeridad. Una política absolutamente equivocada y fracasada; una política que solo favorece a los defensores de los privilegios para unos pocos, y el hundimiento de las clases medias y trabajadoras.
Cuando hacía menos de dos meses, que nuestro presidente había prometido a los españoles, que ya no iba a haber más recortes, ni más austeridad, porque “habían sido capaces de enderezar la economía”, viene Merkel y le saca la promesa, a cambio de colocar a Luis de Guindos, de seguir con las reformas estructurales, con la austeridad, y con los recortes. Nada más y nada menos que recortes de 50.000 millones hasta 2017. Una promesa más al viento, una promesa más incumplida.
Ese es el cambio de cromos que han hecho Merkel y Rajoy. ¿En beneficio de quién?
