jueves. 28.03.2024

La legislatura 2015-2019 está llegando a su fin y es la hora de hacer balance.  En estos 4 años he aprendido mucho más de lo que otros piensan, aunque el señor alcalde, en su inmensa humildad y su vasto acervo cultural, y su fiel escudero, ora supuesto servidor de lo público un día, ora empresario defensor de sus intereses privados otro día, me han llamado altaneramente ignorante en todos los plenos, quizá evocando a tiempos oscuros en los que las gentes de baja condición social eran sometidas al poder absoluto de los caciques. Pues sí, como decía... he aprendido mucho. He aprendido que hay personas que entran en política porque creen que puede ayudar a mejorar su pueblo y otras por beneficio propio, radicalmente idiota etimológicamente hablando, o porque simplemente su vida laboral es un folio en blanco y se aferran a algo como un pasatiempo de su inútil existencia. Si de paso se llevan algo de dinero público pues negocio redondo…

Y esto no depende de las siglas que representan este pueblo. He conocido a personas íntegras, ideológicamente opuestas, que se preocupan realmente por el pueblo y a aquéllas sin más ideología que la del cinismo, que sólo se preocupan por medrar en política y por loar o lisonjear a su amado líder sin mediar crítica alguna, sin defender el bien común, un término, por cierto, desconocido en la política actual.

He aprendido que la transparencia es una palabra baldía que se han preocupado de vaciarla de significado y ya no tiene ejecución en la política del ayuntamiento de Valdepeñas y si no, ¿por qué los grupos políticos a los que se les ha asignado una dotación económica no han presentado al pleno, como dice la ley, un informe de gastos e ingresos del dinero público que han recibido como he solicitado en varias ocasiones? 

Que hagan un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas a sus votantes, de la que tanto hacen gala en sus verborreantes y grandilocuentes discursos y comunicados. Como es un derecho de la ciudadanía de Valdepeñas saber en qué se gastan los políticos hasta el último céntimo del dinero público, que tengan pudor y que empiecen por presentarlas. 

Nuevamente le tengo que dar la razón al señor alcalde, que he tenido total desinterés por las cuentas y el dinero que era asignado al grupo municipal, pensando que se estaba administrando correctamente, otra prueba más de mi ignorancia, hasta que una vez efectuada mi renuncia a la participación en el mismo acudí al banco a darme de baja de la cuenta que se abrió, cuando se formó el grupo municipal y pude comprobar que ni visualizar los movimientos me permitían. ¡Qué transparencia! 

Estoy orgullosa de mi paso por este ayuntamiento. He sido fiel a mis principios, no he caído en devolver insultos, como si tuviera que devolver las guantadas de algún marqués remilgado… la verdad es que me lo han puesto fácil, primeramente, porque no es mi estilo, no me veo insultando a nadie, y menos en el salón de plenos del ayuntamiento, lugar que es para mí símbolo del diálogo y del parlamento de un pueblo; y en segundo lugar, porque los insultos en este salón de plenos son unidireccionales y arbitrados por la voluntad absoluta de un sólo dedo controlador: o no se concede el derecho a la réplica o simplemente se corta tiránicamente el micrófono. Ya se sabe que, no hay debate de ideas, no hay democracia, cuando uno dicta las normas a su antojo. 

Quiero recalcar y aclarar para aquéllos que sólo siembran la confusión, el despiste, el desconcierto y la desinformación y sólo quieren esconderse en siglas que no le corresponden, que la marca Ganemos Valdepeñas no se presenta a las elecciones municipales y que no apoya a ninguna candidatura. Vuelvo a advertir que no está permitido su uso no autorizado y que se abstengan de mofarse de la ciudadanía. 

Quiero hacer mención especial a dos portavoces que no se presentan en las próximas elecciones municipales: Sergio Mota y Martín Miguel Rubio, quiénes han demostrado su valía y honestidad. Con estas bajas en la corporación pierde el pueblo de Valdepeñas.  Visto lo visto, solo pido gente honrada en las instituciones.  Agradecer a los partidos políticos que me han ofrecido ir en su candidatura. Todas las lecciones aprendidas me servirán en mi construcción personal. 

Tenemos la responsabilidad en estas elecciones de votar, para que los caciques del siglo XXI no hagan buenos a los de los siglos XIX y XX, y dejen de repartir limosnas con planes de empleo, invitaciones a ágapes, etc. Cualquier crítica o idea distinta siempre es un ataque directo para un cacique. Follow the leader. 

Solo me queda desearle suerte a la nueva corporación, que espero y deseo esté repleta de savia nueva, y que consiga devolver el ayuntamiento a su legítimo dueño, EL PUEBLO DE LA MUY HEROICA CIUDAD DE VALDEPEÑAS. 

Y colorín colorado el cuento de cacique y su cortijo ha terminado