martes. 19.03.2024

Es curioso como el ser humano, en su devenir cíclico, celebra una y otra vez todo tipo de eventos, muchas veces sin darse cuenta de lo que está celebrando, o incluso cayendo en la contradicción más absoluta, entre lo que se celebra y lo que se vive.

Hoy, 6 de diciembre, vamos a vivir un increíble espectáculo de incoherencia, otro más. Hoy veremos la presidenta de las Cortes, la nacionalista Batet, la ideóloga de la política territorial del Sr. Sánchez, hablar de la Constitución, abrir la jornada de puertas abiertas y enseñar el hemiciclo… en un ejercicio de cinismo al que ya nos tienen acostumbrados.

Esta misma Sra. ayer permitió que un grupo de diputados se volvieran a sonar los mocos con la bandera de España y con la Constitución, como aquel humorista sectario, así como hacer caso omiso de la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional, permitiendo que una serie de cargos electos, que en vez de jurar o prometer la Constitución, manifestaran su repulsa a la misma. Es como si aquel amigo al que invitas a jugar al Monopoly en casa te lo tira a la cabeza, pero se queda con el dinero. Ya que estos personajes odian todo del Estado español, menos su nómina y sus dietas.

Como ha dicho Pérez Reverte, tiene su mérito “concentrar allí dentro (…) a tantísima gentuza de tan variopinto pelaje”, y observando el espectáculo de Bilduetarras, nacionalistas, podemitas-comunistas y ultras, tenemos que darle la razón, aunque estos, no son culpables, se aprovechan de las circunstancias de un político débil al que sólo le interesa él mismo. Culpables son aquellos que durante años les han alimentado (no me refiero sólo a Rufián), les han hecho concesiones y no han cambiado la ley electoral porque necesitaban sus votos en Madrid.

Por eso, cuando hoy, alguien del PSOE, de Podemos o de cualquier otro partido que odia la Constitución y ampara a los que la odian, os hable de la Carta Magna, con solemnidad y cara sería no se lo crean, incluso si pueden, aféenle su conducta, pues están haciendo todo lo posible por cargársela, venderla a aquellos que quieren destruirla por un puñado de votos y un par de vuelos más en Falcon.

Hoy más que nunca la Constitución debe ser defendida, admirado su trabajo creador y las ideas que la impulsaron, y se la defiende, para empezar, haciendo cumplir la ley, y aceptando que todos los que quieran jugar en esta democracia acepten las reglas que nos hemos dado entre todos. Hoy más que nunca pidamos coherencia a nuestra clase política, que está a años luz en cultura, saber estar y sentido de estado, que aquellos que hicieron un texto, hace 41 años, con los que la Sra. Batet, hoy, se sonará los mocos cuando se apaguen los focos.

En la defensa de la Constitución no cabe contradicción